Economía real y opción política

Si vamos a hablar de economía real, lo primero que debemos establecer es que ninguno de nosotros queremos dinero.

Yo, por ejemplo, solo tengo euros en el bolsillo porque los uso para comprar café (u otros bienes, servicios). Si algún día no me dieran café a cambio de mis euros, dejaría de acarrearlos y guardarlos porque no me valdrían para nada. Yo vendo las patatas de mi huerto por euros porque los puedo usar luego para comprar café. Si no pudiera, las cambiaría por café en vez de por unos euros que me resultan inútiles. No queremos euros, queremos los bienes y servicios que nos gusta consumir.

El dinero en sí mismo no vale para nada. Es útil si y solo si sirve a este propósito. Y es más útil cuánto mejor nos sirva. Evidentemente yo, como persona activa en la economía real, preferiré que el euro haga su función y solo su función, que no moleste, que sea simple. Que siempre un café valga un euro y siempre un kilo de patatas lo pueda vender por un euro, así la moneda pasa desapercibida y no me condiciona.

La economía real es ese trajín de bienes y servicios, que implica a millones de productos y millones de personas. Es complejo por la cantidad, pero los conceptos en los que se asienta son los ya dichos. Una economía fuerte es aquella en la que intercambiamos muchas cosas. Una débil es en la que cada uno tiene poco que intercambiar.

Obsérvese que si en el bar de mi vecino solo se pueden poner 100 cafés al día porque no le da tiempo a más, en la economía real hay 100 cafés. Algún día estará vaguete y pondrá solo 95, otro día apurará y pondrá 105... vamos a dejarlo que su capacidad es 100.

Si contamos esos 100 cafés, lo sumamos a todos los cafés que se ponen en todos los bares de España, lo sumamos a mis patatas y a todos los bienes y servicios que se producen (al año), toda esa suma es lo que produce la economía y se llama Producto Interior Bruto. Se suele medir en euros, cada cosa con su precio, pero insistimos que los euros no los queremos para nada, lo importante son los bienes y servicios. Una buena economía es la que tiene un PIB alto: se intercambian muchos bienes y servicios.

¿ Qué ocurre si viene alguien más ? ¿ Cómo se integra en la economía ? Pues se le enseña a hacer churros, naturalmente. Hay que estar un tiempo con él enseñándole, se tiene que comprar una máquina, etc. Pero no hay otra. Sacar a la gente del paro es lo que tiene, que cuesta trabajo. Al final podrá hacer 300 churros al día y el PIB de nuestro país aumentará en esos 300 churros.

¿ Cómo es España de buena creando nuevos empleos ? Pues deja que desear. Ahora, en tiempo de expansión, cuando las empresas existentes están aumentando un 3% anual sus empleados, el alta de autónomos está muy por debajo de esa cifra, del orden de la tercera parte. Quiere decir que hay muchas barreras de entrada al establecimiento de nuevas y pocas o ninguna ayuda a la creación de empresas en las que a priori son las más sencillas, que son los autónomos. Esto es un freno importante a la creación de empleo y normalización del estado laboral del país. Explica en parte que haya tanto paro.

Pues esto es todo lo que hay sobre esto que llamamos economía. No el 100%, pero si el 99% de la economía: la economía real, la base de todo.

Aquí ya podemos distinguir entre las opciones políticas. Un marxista querría que todo lo que se produce por el trabajo se lo lleve el trabajador. En el Bar de Manolo, los camareros se llevasen todos los beneficios. Un liberal, que el que ha invertido el capital pueda negociar libremente con los trabajadores el reparto de lo que produce la empresa. Curiosamente es una simple cuestión de más o menos y hasta a lo mejor un matemático daría con una forma de reparto justo que pondría de acuerdo a marxistas y liberales... aunque algo así hasta ahora no se ha visto. Conservadores y keynesianos ya son otra historia.

No perdamos vista nunca que ninguno de nosotros quiere dinero. Lo que queremos son bienes y servicios: 20 kilos de patatas, 100 cafés, 300 churros y lo que produzcamos los millones de personas de la economía. Esto será importante en el capitulo 2, cuando veamos el papel del estado.

Capitulo 2: la economía de un estado no es como la de una familia. Pero aún así sigue las leyes matemáticas.

La existencia de un estado no añade en esencia nada. Seguimos produciendo y consumiendo y nos sigue sin importar el dinero para nada, lo que queremos son los bienes y servicios. Vale que el estado provee ciertos bienes y servicios (y subvenciones). Y también los consume (impuestos). Viene a ser un actor económico más. No tan pequeño como yo que solo produzco patatas y consumo café, más grande, pero en esencia la misma dinámica.

¿ Pero un estado puede hacer algo más ?

Lo que no puede hacer es magia. No puede emitir un decreto para que las patatas se multipliquen por dos, así que de ninguna manera va a aumentar el PIB. No va a dar a los ciudadanos más de los que ellos mismos producen.

Una vez establecido esto, decir que sí hay instrumentos a disposición de un estado que pueden afectar a la economía. Al no haber magia, no va a aumentar en nada el PIB. Sí puede disminurir los bienes y servicios que consumimos, por la ley física que dice "de donde no hay no se puede sacar pero siempre es fácil quitar".

Los medios principales que tiene es el endeudamiento (déficit público), el establecimiento de tipos de interés y la emisión de moneda. Vamos a analizarlos.

El estado puede un año gastar más de lo que ingresa en impuestos. La diferencia se llama déficit público. Para pagarlo, mejor que recurrir a préstamos es emitir deuda pública. En esencia es lo mismo: alguien le da dinero al estado y el estado se compromete a devolverlo al cabo de un tiempo, añadiendo intereses. Para centrarnos, los intereses de la deuda pública a 10 años están siendo del orden del 0,95%. El déficit de hoy es la deuda de los años venideros.

Una simple cuenta básica nos muestra que si el estado invierte 100 euros en una carretera y lo financia con deuda pública, al final tendrá que pagar esos 100 euros al devolver la deuda más los 0,95 euros de intereses, es decir, que le sale más caro.

¿ Está justificado ese pago extra ? No, claro. Podía haber subido los impuestos, recaudar más y ahorrarse todos los intereses, los 0,95 euros.

¿ Es mucho ese gasto extra ? Pues sumando todos los intereses, un pico. Ahora está "bajo" porque ha sido bastante más. Actualmente el país estará pagando del orden de 20.000 millones de euros en intereses de la deuda pública al año. Van a parar a manos de banqueros e inversores, extranjeros en su mayoría, que se llevan ese dinero por no hacer nada en la economía real. Para entender la cifra, es bastante más de lo que nos cuesta todo el ejército. O un poco menos de la mitad de lo que nos cuesta la educación.

¿ Y qué efectos tiene en la economía real ? Con el beneficio que tienen esos inversores, pueden venir a nuestro país a adquirir bienes y servicios. Trabajamos para ellos sin que aporten gran cosa. En cantidad, es toda la producción de una provincia media española, como pueda ser Asturias, Gerona, Cádiz.

Hay quien dice que lo bueno es que la deuda no se devuelve, se refinancia. Bueno, al ritmo que llevamos pagando de intereses estos últimos años, en 30 ó 40 se ha pagado una cantida tan grande como deuda se tomó prestada... y todavía está ahí para seguir pagando intereses los siguientes años.

Es decir que tener déficit y emitir deuda es un mal negocio.

Si no se va a emitir deuda pública, los tipos de interés son neutros para el estado. Si se emite, el estado pagará menos en intereses de la deuda cuanto menor sean los tipos que fije. Lo que pasa es que solo las economías muy sanas tienen la capacidad de tener los tipos bajos. Y existe el inconveniente de que el tipo de interés afecta al nivel de créditos de la economía, que aunque un estado pueda evitar endeudarse, las personas no lo tienen tan fácil

La otra forma de financiarse el estado "mágicamente" es emitir dinero. Hay varias formas que serían equivalentes. Por ejemplo imprimir físicamente euros, que el banco central compre deuda pública a interés cero y perpetua, etc.

Esto por desgracia tampoco suele ser bueno. Supongamos que se imprime moneda y ese dinero va al exterior a cambio de nada. Al cabo de un tiempo, podrán usar ese dinero para venir a España con él a comprar productos y servicios. Se estarían llevando productos sin nada a cambio. Un robo para el conjunto de la economía. Por muy legal que fuera, sería un robo desde el punto de vista de la ética.

Si se imprime moneda y el estado la usa para comprar productos al exterior, ya es un poco más justo porque se llevan productos y servicios de la economía a cambio de unos servicios al estado. ¿ Es equivalente a pagar impuestos ? Puede parecer que sí, el estado tiene dinero para gastar y lo pagan los ciudadanos de la economía real con bienes y servicios. Pero por desgracia no es igual. La diferencia es que aumentan los euros en circulación en la economía y eso veremos que es algo negativo.

Vamos entonces al caso de que el estado imprime moneda y el dinero se regala a ciudadanos del interior del país. O llega al interior porque se emitió al exterior y los extranjeros lo han usado para comprar bienes en España. En este caso, al haber mucho dinero, en el bar de Manolo estaremos muchas personas a tomar café. Pero Manolo solo puede poner 100 cafés cada día. ¿ A quién se lo da ? Pues eligirá el procedimiento que quiera: servir a los primeros que llegan, subir el precio hasta que se vayan suficientes clientes por carero y tener una clientela asumible,... Como sea. La suerte ahí al tendrán todos esos que han recibido el dinero del estado sin producir a cambio bienes o servicios, porque no aportan a la sociedad y se llevan renta (café).

Y yo al vender mis patatas, también elegiré cómo hacerlo. Si me han subido el precio del café a 2 euros, par mantener mi poder adquisitivo, debería subir el kilo de patatas a dos euros. No ganaría nada ni perdería nada porque, no olvidemos, lo importante en la economía real es lo que puedo comprar en bienes y servicios, el dinero en euros no nos vale para nada.

Si se aumenta continuamente el dinero en circulación y se aumentan continuamente los precios de manera que no se sabe cuánto va a costar el café dentro de unos días, el dinero pierde su utilidad como método de cambio de bienes y servicios. Es cargarse la economía. Eso ha ocurrido varias veces en distintos países a lo largo de la historia. Se soluciona fácil dejando de crear dinero y financiándose con impuestos.

Pero lo importante es notar que, por mucho dinero que se imprima o por mucha deuda que se emita, el PIB no aumenta, la economía no mejora. Solo se consigue empeorar el reparto de la renta de manera, que pasa a ser más injusta porque se llevan renta (productos) personas que no aportan nada. Y además es incontrolado. Si se quiere redistribuir la renta es más fácil y se puede hacer mejor cobrando impuestos y repartiendo prestaciones sociales. Se consigue lo mismo (subir el nivel adquisitivo de ciertos grupos) pero sin los efectos negativos (beneficios a quien no aporta valor, cambio en la unidad de medida de la economía=moneda).

Todo esto es más complicado siempre, pero las bases son esas y deben estar claras porque cada poco tiempo votamos y es vital que votemos con criterio.