Esto es lo ultimo que escribo

Nada es eterno y todo se acaba. Era consciente de que tarde o temprano acabaría. Pero aun así me ha pillado por sorpresa.

Después de 14 años y 6480 comentarios, se acabó menéame para mí. Lo cual es una pena, porque realmente disfrutaba participando por aquí y va a ser duro dejar de hacerlo. No lo dejo ni por gusto, ni voluntariamente, lo dejo obligado y a regañadientes. Me da pena, me da rabia, pero no tengo otra opción. A la fuerza ahorcan.

 14 años y 6480 comentarios, dan para mucho. He comentado infinidad de noticias diferentes, de muchos temas diferentes. Y hay de todo, algunas veces he estado acertado, otras he dicho estupideces. Algunos comentarios han sido muy aplaudidos otros no han gustado nada, y muchos han pasado sin pena ni gloria. Pero todos ellos tienen algo en común, siempre he escrito lo que me ha dado la gana, con total libertad. No le veo el sentido a dar mi opinión si no soy libre de opinar lo que quiera.

Solo puede escribir si soy libre y ya no lo soy. 

El día 20 recibí una penalización por un comentario que escribí. No se cual, no he querido mirarlo. No quiero perder un segundo en intentar justificar lo que dije. No voy a argumentar que no merezco ser castigado por ese comentario… porque eso implica reconocer que se me puede castigar por lo que digo.

 No sé cómo funciona el tema de los “strike”, ni quiero saberlo. Seguramente alguno se sorprenda, pero yo me entere de la existencia de los strikes hace menos de un año. Cuando recibí uno aparentemente por “error”. Cuando me entere de ello ya me lo habían quitado y pedido disculpas. Entonces me planteé dejar menéame, y seguramente debí hacerlo. Pero soy débil y decidí creerme las disculpas de administrador y seguir como si no pasara nada.

Lo que he tenido muy claro desde que me enteré que existían,es que la primera penalización sería la última.

No puedo escribir pensando si gustará, si mi opinión será o no legitima. No quiero autocensurarme. Ni jugar al ratón y al gato con el censor… explorando las fronteras entre lo que se puede decir y lo que no.

Cuando EXPONGO mis opiniones, las estoy exponiendo ser atacadas, criticadas, rebatidas, desmontadas. Esa es la razón por la que escribo, para que el resto las ataquen sin piedad, le busquen los puntos débiles, las den la vuelta, las desmonten en definitiva que las pongan a prueba para ver que hay de correcto o erróneo en ellas.

Acepto como molestia inevitable que haya gente que las malinterprete, manipule, retuerza o caricaturice buscando el “zasca fácil”. Cosa realmente penosa.

Pero no puedo tolerar ni aceptar que haya un censor que juzgue si mi opinión es legítima o no. Si es una postura aceptable o una peligrosa herejía que debe ser castigada y reconducida.

He dedicado miles de horas a intentar explicar y defender mis posturas, pero no voy a dedicar un solo minuto en justificar la legitimidad de mis opiniones ante un censor.

No tolero esa actitud paternalista y condescendiente de pretender reconducir y corregir mis ideas a base de penalizaciones.

Así que se acabó. Este artículo es mi despedida. Pueden comentar lo que estimen oportuno sobre el mismo pero sintiéndolo mucho no podré responder a sus comentarios.

Adios.