Menéame es un campo de batalla más para la guerra cultural

Hay un nuevo argumento de peso en esta interminable guerra cultural: "Hace 15 años la Unión Europea producía más gas natural que Rusia; el hecho de que en este momento la UE dependa de Rusia para sus importaciones de gas es principalmente causado por una agenda "verde" financiada por el Kremlin"

Pero, ¿qué dicen los datos?

La producción doméstica de gas por parte de la Unión Europea ha decrecido de forma considerable, de hecho, en el 2021 la producción sufrió otro grave revés cayendo alrededor de un 20% en comparación con los 12 meses anteriores. 

Ciudadanos europeos en general y alemanes particularmente, totalmente contrarios al fracking y a la energía nuclear, han sido los borreguitos que se han tragado el cuento que ha beneficiado la pérdida de balance de poder en el mercado energético Europeo con respecto a Rusia.

 Estos son los argumentos para que regresen legislaciones más amigables con el fracking y otras formas de energía vetadas de facto, la soberanía energética mola de nuevo y ahí está Macron siguiendo los pasos del General invirtiendo en la Nuclear como si no hubiera mañana. 

Pero, ¿qué dicen los otros?

Los ciudadanos necesitan interiorizar estas ideas, he aquí argumentos rápidos y poderosos, bombardeado desde todos los ángulos; fáciles de repetir por todos nosotros, pueblo llano, bandada de loros, votantes en potencia.

Y así se explica que en los comentarios solo veamos permutaciones de las mismas ideas repetidas hasta la saciedad : “Sigue el dinero, Estados Unidos lo hace todo por vender gas”  “El gobierno de Ucrania es Nazi, por lo tanto…”, “Putin ha perdido la cabeza, está loco”, “Estados Unidos mató a mi hermana y violo a mi perra”, “Rusia esta en su justo derecho de defenderse del expansionismo de la OTAN”, “La URSS violo a mi hermana y mató a mi perra”, “Si tuvieramos energia solar descentralizada viviriamos en un paraíso en la tierra”.

Ninguna persona vive intelectualmente aislada, todos podemos repetir animosamente ideas que ni siquiera nos tendrían que agradar, pero una mentira dicha mil veces suena familiarmente a la verdad, a esto le llamamos propaganda. 

Y no, no solamente es la propaganda Rusa que campa a sus anchas, también la de otras potencias promovidas por sus cadenas de televisión, think-tanks, o sus profetas a sueldo, a veces mal llamados intelectuales o influencers, se esparcen como virus por la mente de las personas.

A veces me da miedo pararme a pensar de que esta o aquella idea tan bella, tan hermosa que defiendo a capa y espada no es más que el producto de una decisión económica externa de que el retorno de la inversión en manipularme valía la pena y se creó el medio y el mensaje que en algún momento me alcanzo y me sedujo a cambiar de opinión. 

Soy un lorito más y quizás ustedes también, pero de vez en cuando los loros de esta comunidad tienen la virtud de crear una idea propia y brillante. En vez de pelearnos como fieras con ideas exógenas habría que plantearse cuándo animarse a repetir y desarrollar animosamente un buen argumento autóctono.