De comunistas y curas
he aprendido con el tiempo
que es negocio suculento
explotar las amarguras,
y son ganancias seguras
las que vienen de los pobres
por más que cuando las cobres
no lleves traje y corbata
y den algo más de lata
que los que pagan con sobres.
..*..
Llegó luego la oenegé
y les jeringó el negocio
imponiéndoles un socio
sin sotana ni carné,
y desde ahí, mire usté,
las copias se han desbocado
pues es tan grande el mercado
de víctimas y llorones
que sobran siempre ocasiones
para vivir del de al lado.
..*..
¿Quieres un observatorio?
¡Te hace falta un violador!
¿No te valdrá un vibrador?
No chica, dame un Tenorio,
un don Juan y algún jolgorio
donde poderlo encajar
en la fiesta popular:
me igual si es Jenarín,
las Fallas o San Fermín:
lo que importa es deslumbrar.
..*..
¿Y eso de la inmigración?
¿A cuanto dices que deja?
Te pagan a tocateja
en contante subvención.
No importa si hay solución
al problema o es un cuento,
no importa si hay algún muerto,
sólo importa si ha pagado
lo que se había pactado
el que trabaja en el puerto.
..*..
Y así va avanzando el mundo,
a fuerza de hipocresía
mientras rinde pleitesía
a ese rito nauseabundo
de no querer ser segundo
en cuestiones de empatía.
Así hemos llegado al día
en que a fuerza de ficciones
los hombres sin convicciones
ya nos gobiernan a todos
mientras mienten por los codos
e imponen sus narraciones.