Un pequeño comentario sobre la propaganda monárquica que nos vende la tal "Concordia Real Española"

Ante ese "informe" o "estudio" presentado por "Concordia Real Española", en el que esta asociación afirma que Juan Carlos I realizó grandes contribuciones a la economía española, no voy a meterme en simplemente hacer dirigir la atención hacia la puta mierda de economía que tiene España en la actualidad y que ha tenido en los últimos 40 años, en el marco de la monarquía. El presente artículo se va a centrar más bien en otro punto.

En entrevista al periódico "El Español", hay un momento en que, tras hacer propaganda sobre que Juan Carlos I ha hecho grandes cosas por la economía española (solo hay que ver cómo ha estado la economía española en los últimos 40 años para desmontar esa propaganda), el representante o portavoz de "Concordia Real Española" dice a "El Español": "Realmente, no sabemos lo que nos puede aportar un jefe de estado y esto sólo es la punta del iceberg".

Y es esta frase el punto en el que me quiero parar, porque esa frase muestra claramente que, para los pro-monárquicos, una monarquía equivale a una jefatura de Estado, mientras que una república equivale a que no haya jefatura de Estado.

Lo cual es un disparatado error, porque en la república también hay una jefatura de Estado.

Una monarquía no es una jefatura de Estado, una monarquía es una regla de acceso a la jefatura de Estado, según la cual el jefe de Estado es jefe de Estado simplemente por su apellido y su consanguinidad familiar, no por su mérito, ni por su capacidad, ni por su esfuerzo, ni por su cualificación, ni por su honradez, ni por su lealtad a España, ni por su aptitud, ni por su idoneidad, ni por su superioridad a otros candidatos.

Igualmente una república tampoco es una jefatura de Estado, una república es otra regla de acceso a la jefatura de Estado, según la cual el jefe de Estado no debe serlo por su apellido o por su consanguinidad familiar, sino que debe serlo por su mérito, por su capacidad, por su esfuerzo, por su cualificación, por su honradez, por su lealtad a España, por su aptitud, por su idoneidad, por su superioridad a otros candidatos y por la elección o preferencia democrática del pueblo, como manda el libre mercado.

El que los pro-monárquicos crean que "monarquía" significa "jefatura de Estado" es demostrativo de la inmensa incualificación intelectual sobre la que se basa la monarquía actualmente en España, por eso España está económicamente como está desde hace 50 años (crear un país de prosperidad requiere coeficiente intelectual).

Siendo estrictos y rigurosos conceptualmente, y por tanto atendiendo a lo que real y técnicamente significa el término "monarquía", decir que España ha conseguido X dinero gracias a la monarquía equivale a decir que España ha conseguido ese X dinero, no gracias a que el país tenga una jefatura de Estado, sino gracias a que la jefatura de Estado que hay en el país se decide por apellido y consanguinidad (es decir, monárquicamente), en vez de decidirse por mérito, por capacidad, por esfuerzo, por cualificación, por honradez, por lealtad al país, por aptitud, por idoneidad, por superioridad a otros candidatos y por elección o preferencia democrática del pueblo, como mandan el libre mercado y la república. La cual es una afirmación que se muestra y evidencia a sí misma como completamente absurda y estúpida, rayando en la imbecilidad.

Es como decir que la mejor manera de ocupar o designar una jefatura de Estado es por apellido y consanguinidad familiar, en vez de por mérito, por capacidad, por esfuerzo, por cualificación, por honradez, por lealtad al país, por aptitud, por idoneidad, por superioridad a otros candidatos y por elección o preferencia democrática del pueblo, como mandan el libre mercado y la república. Hagamos entonces, para tener los mejores médicos o ingenieros, que los cargos de médicos e ingenieros también se decidan de manera hereditaria, no por cualificación e idoneidad.

Las prerrogativas de la jefatura de Estado (inmunidad, etc) pueden considerarse instrumentos que facilitan el trabajo del jefe de Estado, es decir, que a un jefe de Estado mediocre dichas prerrogativas podrían ayudarle a ser un jefe de Estado quizá un poco mejor; pero, de todas formas, aun así es mucho mejor si esas prerrogativas, en tanto que instrumentos de trabajo, caen en manos de jefes de Estado aún mejores que el mediocre, es decir, a iguales herramientas de trabajo, el producto final será mejor si esas herramientas son utilizadas o desempeñadas por un profesional mejor que si son desempeñadas por otros profesionales candidatos peores. Por eso, aunque a jueces o policías se les facilitan también unas prerrogativas, estas prerrogativas no les exoneran de tener que pasar por unas exigentes pruebas selectivas para ser elegidos de entre todos los candidatos disponibles por la superioridad de su cualificación.

Juan Carlos I no fue jefe de Estado por la elección de los españoles, fue jefe de Estado por la elección de Franco, y es de suponer que Franco elegiría al que le parecería mejor jefe de Estado posible (con independencia de que Franco supiese o no elegir bien). Es decir, al "elegir" a Juan Carlos I como jefe de Estado, Franco "hizo república" o ejercitó un derecho republicano, y la república simplemente consiste en trasladar ese principio de elección del jefe de Estado que aplicó Franco con Juan Carlos I a todos los ciudadanos españoles, para que sean todos los ciudadanos españoles lo que elijan al jefe de Estado igual que Franco hizo con Juan Carlos I, pues 50 millones de personas eligen mejor que una, como estipula el libre mercado. Porque es completamente de libre mercado y beneficioso para la economía y para la prosperidad de España que los españoles puedan echar de la jefatura de Estado a un ladrón, a un delincuente, a un corrupto, a un traidor o a un inepto.

En definitiva, con independencia del dinero que pudiera haber venido a España vía jefatura de Estado estando Juan Carlos I como jefe de Estado, la cuestión que deberíamos considerar como más importante es si Juan Carlos I era o no el mejor jefe de Estado que podíamos tener, o si podía haber otros candidatos mejores que él. Es decir, la cuestión importante en general es si un determinado jefe de Estado es o no mejor que otros candidatos posibles a la jefatura de Estado. Y os digo yo que si el pueblo español de 1978 hubiera podido elegir jefe de Estado sabiendo sobre Juan Carlos I lo que hoy sabemos sobre Juan Carlos I, ni siquiera la derecha de aquel entonces hubiera votado en favor de Juan Carlos I.

Todo esto aparte del bulo, las mentiras, las tergiversaciones, las manipulaciones y la demagogia que hay en ese "estudio" de esa tal "Concordia Real Española"; pues solo hay que ver lo que es actualmente España a nivel económico y lo que ha venido siendo durante los últimos 50 años.