Sobre lo políticamente correcto y el totalitarismo

Creo que este fenómeno social, o tendencia hacia una especie de oficialización del lenguaje y las costumbres bienpensantes, se nos está yendo de las manos y empieza a tomar una deriva nada halagüeña.

Parece que el germen de esta línea de pensamiento está en la hipótesis de Sapir-Whorf, que viene a decir que la forma en la que los ciudadanos utilizan el lenguaje determina la visión que estos tienen del mundo. Esta hipótesis es bastante polémica y no le faltan detractores, amén de ser muy difícil de demostrar. En cualquier caso, ciertos movimientos políticos, particularmente la nueva izquierda estadounidense, parece que adoptaron esa tesis para empezar a centrarse en la pedagogía del lenguaje, dando comienzo a este fenómeno social.

Cuando todo esto empezó a surgir y nos llegó de Estados Unidos, parecía algo muy inofensivo. Llamar a alguien "de color" en lugar de negro tenía su gracia. Algunas cosas, que duda cabe, tenían sentido, y parecía sensato desterrar del lenguaje expresiones que parecían perpetuar ciertos prejuicios o menosprecios culturales, como la palabra "maricón" por ejemplo, con su carga peyorativa hacia la homosexualidad.

Dudo mucho que los pioneros de este movimiento lingüístico pensaran que el concepto "políticamente correcto" iba a traspasar las barreras del lenguaje para instaurarse en otras facetas del comportamiento social, como la sexualidad, la ideología de genero, el fenómeno de la inmigración, la religión, etc. y se iba a convertir en un efectivo instrumento de una especie de policía del pensamiento, que nos viene dada por ciertos grupos de poder o presión. También dudo que dichos pioneros adivinaran que su "arma", con el paso del tiempo, iba a ser apropiada también por la derecha conservadora, la cual se encuentra también muy a gusto con cualquier cosa que les permita decirnos a los demás cómo debemos actuar y censurar lo que no entra dentro de sus principios.

Ahora todo esto ha desencadenado otro movimiento consecuencia del primero; el de los ofendidos, que se creen con derecho a decir al resto de la sociedad como se deben comportar, o qué no deben hacer, o decir, para no herir supuestas susceptibilidades de almas que al parecer son tan débiles, o inmaduras, o acomplejadas, que no pueden encajar(entre otras cosas) que la igualdad de condiciones no existe en la realidad de la sociedad, de la naturaleza, del Universo. Que hay gente que es más fuerte, más débil, más sabia, más inteligente, más torpe, más atractiva, más sana, más trabajadora, más vaga... Para estas personas, todo lo que huela, por ejemplo, a meritocracia, o al reconocimiento de la superioridad de alguien en algo, es prácticamente un insulto. El caso de los bomberos de Zaragoza es solamente el último en esta escalada .

Es evidente que esta deriva solo puede conducir a dos lugares:

1- al totalitarismo, al pensamiento único, o directamente al no pensar, ya que lo "aceptable" nos tiene que ser dado desde la "oficialidad bienpensante", y tener nuestro propio relato, nuestra propia moral basada en nuestros conocimientos y nuestro pensamiento crítico, no será aceptado a no ser que concuerde con dicha "oficialidad".

2- A la "idiocracia", a una sociedad donde todo lo que destaque sea marginado, la meritocracia y la excelencia no se valoren, y prime la mediocridad, la igualdad hasta las últimas consecuencias.

Lo bueno de que la sociedad no conozca su historia (para los que quieren controlar el cotarro) es que se puede repetir impunemente. Todo esto ya sucedió en la sociedad europea con la Inquisición, cuando todo el que se saliese del relato oficial, en ese caso católico, era castigado. Si a eso sumamos, que los denunciantes de dichos agravios podían obtener recompensas de diversa índole, como reconocimiento social, o beneficios materiales directos gracias a la desgracia del vecino, hizo que se instaurase la conocida cultura del "que dirán", del no destacar, bien conocida en la sociedad española hasta hace muy poco tiempo (y aún colea).

Por eso el antídoto contra la manipulación de masas, que es de lo que realmente estamos hablando aquí, pasa por la correcta educación, el conocimiento, especialmente de la historia, y el aprendizaje del pensamiento crítico. Pero claro, eso es lo último que interesa a las clases dominantes. Para muestra, el estado de nuestro sistema educativo.

En el año 1991, George H. W. Bush, (con quien no simpatizo) dijo estas palabras, que han resultado ser proféticas: "La noción de corrección política ha encendido la controversia en todo el país. Y aunque el movimiento surge del deseo loable de barrer los restos del racismo y el sexismo y el odio, reemplaza los viejos prejuicios por otros nuevos. Declara ciertos temas fuera de los límites, cierta expresión fuera de los límites, incluso ciertos gestos fuera de los límites "

No soy totalmente pesimista sobre la situación. Creo que hay muchas personas que somos conscientes de lo pernicioso de esta deriva y la amenaza para las libertades que supone. Pero hay que realizar una labor de concienciación y crítica intensa antes de que la situación sea demasiado difícil de reconducir. En nuestra mano, como ciudadanos, está decidir cuánto estamos dispuestos a dejarnos manipular.

Más ejemplos de censura o protestas en aras de "no ofender":

ecodiario.eleconomista.es/sociedad/noticias/9009909/03/18/Un-juzgado-i

www.20minutos.es/noticia/3424232/0/cancelan-actuacion-rapero-kidd-keo-

www.elespanol.com/cultura/arte/20180919/piden-retirada-esculturas-sexu