Las 13 similitudes que unen a todos los partidos políticos españoles

Es una de las afirmaciones que solemos escuchar con asiduidad y que proviene de aquellas personas desencantadas con el mundo de la política: “Todos los políticos son iguales”. Pero ¿realmente lo son?

Para responder a esta pregunta no es necesario realizar un análisis demasiado sesudo ni elaborado, es más, la respuesta más sencilla podría ser la siguiente: ningún ser humano es igual a otro, por lo tanto, ningún político es igual a otro, por lo tanto, ningún partido político es igual a otro. Una manera de ejemplificar este sencillo razonamiento es comparando los programas políticos de los diferentes partidos. Se podría decir que, si bien pueden existir similitudes entre diferentes agrupaciones políticas, las teorías, las ideas y las medidas que se proponen implementar pueden llegar a ser muy diferentes, especialmente entre aquellos que se hayan en los opuestos ideológicos.

No obstante, a pesar de que todos los seres humanos son diferentes, no podemos obviar que estos -y por extensión, políticos y partidos- compartimos muchas similitudes. En eso me gustaría centrarme en este artículo.

SIMILITUDES DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS MAYORITARIOS

Todos los partidos políticos:

1.     Son socialdemócratas: la socialdemocracia es la ideología política en la que hay un Estado que interviene en el marco de una economía capitalista. Se podría decir que habría una socialdemocracia “dura” (por ejemplo, Podemos) y una “menos dura” (por ejemplo, Ciudadanos).

2.     Están regidos por la “ley de hierro de la oligarquía”: es decir, siempre termina gobernando una minoría dentro del partido: La ley de hierro de la oligarquía se fundamenta en tres argumentos:

·       En primer lugar, cuanto más grandes se hacen las organizaciones, más se burocratizan, ya que, por una parte, se especializan, y, por otra, deben tomar decisiones cada vez más complejas y de una forma más rápida. Aquellos individuos que conocen cómo tratar los temas complejos con los que se enfrenta la organización se van volviendo imprescindibles, formando la élite.
·       En segundo lugar, se desarrolla una dicotomía entre eficiencia y democracia interna; de modo que para que la organización sea eficiente necesita un liderazgo fuerte, a costa de una menor democracia interna.
·       En tercer lugar, la propia psicología de las masas hace deseable el liderazgo, puesto que son apáticas, ineptas para resolver problemas por sí mismas; son agradecidas con el líder, y tienden al culto de la personalidad. Su única función sería, pues, la de escoger de vez en cuando a sus líderes.

3.     Siguen una “disciplina de partido”: es decir, en la práctica, aquel diputado que es “desleal” al partido, es decir, al líder y su séquito, será castigado. Como decía el mismo José Bono:

Quien ha sido presidente del Congreso de los diputados sabe que en el Congreso quienes mandan son los jefes de fila, los mandamases. (…) En mi experiencia de cuatro años, nunca me sorprendió que en el pleno ocurriera algo distinto que lo que hubieran dicho los portavoces. Es que tenemos un sistema que desde mi punto de vista hay que modificar, y concretamente la ley electoral, porque si no, acabarán prefiriéndose los diputados mansos que los críticos. Y se podría llegar incluso a percibir que un diputado que es crítico, es desleal. Y esto tiene unas consecuencias malas, porque la ley permite, incluso prohíbe la Constitución, el mandato imperativo. Cada diputado es libre para hacer lo que le parezca, pero yo he llegado a la conclusión, primero, que no se hace, que se puede hacer, pero yo creo que el diputado que fuese muy crítico probablemente no repetiría, y esto es algo que aleja a la política de la ciudadanía. Y en este sentido reivindicar la política es hacer que el poder resida en los diputados.

Si vamos a la página 50 de los Estatutos Nacionales del PP podemos observar que es considerada una “infracción muy grave”:

Si vamos a la pagina de 3 de la Normativa Reguladora de los Cargos Publicos del PSOE, podemos observar lo siguiente:

 Si vamos a la página 26 del Reglamento General de Podemos, observaremos que se considera una “infracción muy grave”:

En resumen, aunque sí que es cierto que esporádicamente algún diputado puede saltarse la “disciplina de voto”, generalmente, estos suelen quedar prisioneros de los mandatos del líder por miedo a los castigos.

4.     Son adictos al poder: lo que más desea siempre un grupo político es alzarse con el poder bajo el argumento de que lo que necesita el país son las medidas de ese mismo partido, las cuales son las buenas, las honestas, las inteligentes... Por eso se dice que la política es:

La lucha por el poder, el que no lo tiene conquistarlo y el que lo tiene mantenerlo.

5.     Utilizan la polarización social: es la estrategia en la que se trata de dividir al país en dos o más bandos para ganar los votos de aquellos a los que se hace creer que el partido representa sus intereses y sus ideas. Por ejemplo, Vox representa a los españoles y, los independentistas y los que pactan con ellos, son una amenaza para la unidad del país; por su parte, Podemos quiere evitar que prolifere el “fascismo” de Vox.

6.     Utilizan un discurso del miedo: es el discurso que utilizan los diferentes partidos para tratar de inocular el miedo en los ciudadanos para que no voten al adversario y para que les voten a ellos. “Cuidado que viene el comunismo/fascismo”.

7.     Conciben la política como una guerra y el diálogo como un combate de boxeo dialéctico: no se trata de comprender puntos de vista opuestos, buscar puntos en común, o dialogar para aclararse. La idea es demostrar que tus ideas son mejores que las del rival y para ello hay que knockear al contrario de manera dialéctica, tumbarle en la lona.

8.     Utilizan métodos de propaganda: para ello se sirven los puntos anteriormente mencionados:

9.     Terminan fracturándose, teniendo guerras internas: en lo partidos siempre termina habiendo coaliciones que se rebelan contra la oligarquía dominante que se ha instaurado. Véase los pro-Ayuso y los pro-Casado, Iglesistas vs Errejonistas, etc.

10. Sus líderes tienen una ausencia patológica de autocrítica: es muy complicado oír a los representantes de un partido político reconocer errores, pedir disculpas a los ciudadanos por no haber cumplido su palabra, por haber engañado… Incluso cuando se hace balance y se presentan los resultados de lo prometido a los ciudadanos, terminan redactándose informes y realizándose declaraciones lo más favorables posibles al partido que esté gobernando, mediante técnicas de manipulación como la “mentira por omisión” (omitir los datos que no cuadran con el relato que se pretende vender), o la “amplificación del dato conveniente”.

11. Quieren convencernos de que existen problemas (y si existen los magnifican) a los que ellos pondrán solución: “vivimos oleadas de violencia machista, homófoba…”, “el problema de la inmigración, los menas”, etc.

12. Necesitan de nuestro voto como el adicto a la droga: si hay algo que siempre se ve repetir a los políticos el día antes de la elecciones es que la gente “vaya a votar”, porque saben que sin el voto de los ciudadanos no son nada. Lo segundo que más teme un partido es que los ciudadanos voten al contrario, lo primero, que no vayan a votar.

13.  Se hacen llamar demócratas: el régimen político en el que vivimos es una “partitocracia” porque para que pueda darse una “democracia” hacen falta “separación de poderes”, “representación ciudadana“ e “independencia judicial”, y en España ninguno de estos tres requisitos se da.