Teatro mágico: solo para locos, la entrada cuesta la identidad

Velada anarquista

¡¡Magia campesina!! Desde las meigas gallegas, las costureras levantinas, los conversos andaluces, los alumbrados toledanos, con los secretos de Torquemada, desde líneas de judíos que llegan a hasta nuestros tiempos ¡¡¡Los trucos más asombrosos!!!

Lo primero que debe usted saber es que tiene algo que no es suyo, algo que le han puesto y que le impide cumplir sus deseos: La identidad.

Usted, oriundo y oriunda de la península ibérica, ha sido invadido culturalmente y le han pegado al cuerpo unas identidades que no son suyas. Usted nunca ha tenido identidad a lo largo de toda su historia, la identidad es algo que le duele y le hace daño, su enclave geográfico tuvo el nombre de diversas coronas, su supuesto imperio cambio de nombre varias veces y se unió con otros, su religión era algo que siempre sintió como impuesta a regañadientes, fuera la árabe, la judía, la católica o incluso el ateísmo. Debe usted saber que ha sido enloquecido por potencias extranjeras que le han pegado un concepto que le duele.

Fíjese que protege su identidad, pero se ríe de la identidad de los demás porque sabe que es algo que duele, sabe que es algo que le sobra, sabe que es algo con lo que los demás pueden hacerle daño, sabe que quiere quitársela. Nosotros acumulamos identidades, es nuestro negocio, nos dedicamos a ello, tanto online como offline, tenemos múltiples identidades.

Como es un negocio, aunque le liberamos de tan pesada carga, lo suyo es que le demos algo a cambio, nosotros pagamos religiosamente por cada identidad, le pagamos con un deseo.

Como habrá notado su identidad de clase no le permite montar un nuevo negocio o dejar el suyo para ser trabajador

Su identidad gay le impide acostarse con esa persona del sexo opuesto que siempre ha querido.

Su identidad heterosexual lo mismo, pero del mismo sexo.

Su identidad de género no le permite ponerse esa ropa que siempre ha deseado.

Su identidad de patria no le permite congraciarse con esa chica extranjera a la que siempre ha amado.

Su identidad racial no le permite adoptar esas costumbres o esa religión que tanto le gusta de gente de otro color de piel.

Su identidad de individuo no le permite formar parte de esos movimientos colectivos donde la gente parece tan feliz.

Su identidad religiosa no le permite ese aborto que necesita hacer, esa relación sexual que siempre ha deseado o esa droga que siempre ha querido probar.

Usted catalán, español gallego o vasco reconozca que su identidad le impide votar a ese partido que de verdad va con sus intereses.

Reconózcalo ya, su identidad le pesa y le impide ser libre y la identidad de los demás le molesta.

Usted quiere quitársela y nosotros le damos ese deseo con el que se la quitará.

¿Ya tiene apuntado eso que más desea?

Bien ya ha perdido la identidad, bienvenida al teatro mágico.

Ahora que ya está loco, le explicaré que nuestro teatro es inmortal, es un teatro que se pone solo con la inflación, la última vez que lo pusimos fue en Camboya donde acumulamos mucha autorreferencia a cambio de un deseo.

La autorreferencia era algo que malévolas potencias extranjeras habían introducido en la cultura colectivista camboyana, que siempre se había referenciado con otras gentes viviendo en armonía colectiva, pero por intereses de diversa índole trataban de convertir a los camboyanos en individuos autorreferentes,egoístas e incluso en un país autorreferente que no aprendiera de los demás, cuando ellos siempre habían tenido como referencia otra gente porque eran un pueblo sabio, nosotros les liberamos de tal virus con un deseo, solo un deseo para todo el pueblo de Camboya y recogimos toda su autorreferencia, porque la acumulamos, nos cargamos de autorreferencia. Allí fue donde dimos nuestra última función, hasta ahora.

Usted debe saber por algunos escritores como Herman Hesse que se hicieron eco, que nuestra anterior función fue en la Alemania de la república de Weimar como se puede leer aquí: www.cubahora.cu/.../hermann-hesse-el-lobo... Herman Hesse cambió su razón a cambio que le escribiéramos un tratado sobre el mismo, ya que se había quedado sin razón al entrar en el teatro. Un buen ejemplo por parte de un gran escritor que estaba completamente loco.

A los ciudadanos de Weimar les explicamos que la razón era algo que Alemania nunca había tenido y que había sido introducido por oscuras potencias extranjeras, que la razón era algo que les hacía discutir y llevarse mal, algo que siempre querían tener y no querían los demás tuvieran. Había oscuros intereses extranjeros empeñados en infectar culturalmente de razones la república de Weimar, nosotros nos cargamos de razones y les liberamos de tan pesada carga, la razón esa que les habían puesto.

Antes estuvimos en la Rusia zarista, donde les explicamos que potencias extranjeras les habían infectado culturalmente con el patriotismo, para que todos se sintieran de una nación hablando la misma lengua (de hecho se parece mucho ahora) y para que se rebelaran contra sus padres confundiendo su religión patriarcal ortodoxa con otros significados. Así que le cambiamos su patria por un deseo, pero esta vez les dimos un deseo por familia productiva porque el patriotismo los movía de un sitio a otro contra su voluntad, impidiendo que ejercieran el oficio de sus padres como querían. Así que nos cargamos el teatro de patriotismo

Nuestro teatro inmortal ha estado en más sitios, aún recuerdo cuando nos llevamos nuestra primera alma porque no le permitía a alguien cumplir su deseo.

No nos enrollaremos más, podríamos estar siglos, debe saber gente de Hispania que hemos abierto nuestro teatro mágico campesino en su país y nuestras obras son eternas y recordadas por siempre, está usted en un momento clave de la historia de la humanidad. ¿Está preparado?

De todas maneras usted querrá saber que hacemos con todas las identidades que nos hemos quedado y nos vamos a quedar. Pues se va a quedar usted de piedra con la naturaleza de nuestro negocio, las vamos a cambiar por comida. Ahora sí que se está usted volviendo loco, ya le avisamos.

Verá usted tiene una identidad por escrito, si saca el DNI de su cartera verá que pone bien claro Ciudadano Europeo, por eso usted estaba loco desde el principio y ha entrado aquí, ya le avisamos que era solo para locos.

Verá no sé cómo explicarle la naturaleza de nuestro negocio ahora que usted es un serio ciudadano europeo con identidad y carnet dispuesto a cumplir su deseo.

Usted ha estado cultivando identidades para la gente que no tiene ese carnet, le parece increíble, pero la gente que cultiva el alimento que usted come no tiene ese DNI europeo y lo quiere y usted sabe que no puede dárselo, usted de alguna forma quiere agradecer la comida que ellos han cultivado para usted y ha estado cultivando lo que ellos necesitan: identidad, muchas muy diferentes para cada uno de ellos por lo visto, buen trabajo, permítame que examine el género, mmmm soy rico.

Usted ha cultivado esa identidad como si fuera para usted mismo, de la misma forma que ellos han cultivado la comida que usted se come como si fuera para ellos mismos. Es usted una buena persona, ahora lo sabe.

Ahora usted nos odia un poco, le hemos robado la identidad para otro, pero es la naturaleza de nuestro negocio, nosotros cosechamos ciudades y ha llegado el momento de la siembra. Y no es robar, usted ha aceptado el deseo. Como verá solo un campesino cambia un intangible por un tangible, usted como ciudadano bien sabe que el intercambio de intangibles es moneda corriente.

A cambio conseguimos muchos campesinos y su comida. Usted se preguntará como, es ahí cuando entenderá lo mágicos que somos y lo locos que estamos, eso ya es secreto comercial. Entenderá usted que nuestro negocio favorece a todas las partes y usted ha quedado satisfecho.

El único problema ahora que ya es usted un hombre o una mujer seria: es la inflación, en cuanto repartamos las identidades entre los campesinos al tener ya lo que necesitan, querrán cobrar más por su trabajo e incluso no trabajar, pues ya tendrán su bien intangible y usted va a pagar mucho más por su comida. Es lo justo. Quizá cuando eso ocurra quiera generar conceptos perennes que le den comida para siempre como generaron los soviéticos o los franceses. Quizá quiera hacer la guerra como los camboyanos a los alemanes. Me gustaría recordarle que nuestro teatro es inmortal, que no hay conceptos perennes, ni guerras eternas. Que llegado el momento el intercambio debe producirse y las campesinas y campesinos deben tener sus identidades, o como se diría en lenguaje antiguo, almas, o lo que necesiten la siguiente vez. Es la naturaleza de nuestra empresa, tal intercambio, quizá deba usted olvidar la entrada en este teatro y volver a su vida, persiga su deseo y disfrute la comida. Un placer hacer negocios con ustedes.