La gran contradicción del multiculturalismo

Antes de tacharme de racista o xenófobo, mejor vótame negativo y no leas más. Este artículo es para retar las ideologías que promueven los medios y las celebridades, no para atacar inmigrantes, izquierdistas, etc.

Cualquiera que siga algunos medios puede observar que la Izquierda está cada vez más contradictoria que nunca, y la respuesta de la ultraderecha se está aprovechando de esto.

En el pasado, la izquierda ha contribuido a su manera por los derechos del trabajador y la igualdad, lo cual es bueno y merece su crédito, pero lo que funcionó antes no siempre va a funcionar hoy de la misma manera ni con las mismas metas.

La Izquierda es luchadora por naturaleza, y si no tiene nada por lo que luchar, debe inventarse problemas o exagerar clases sociales insignificantes para poder lucharlas. En EEUU, las universidades izquierdistas resucitaron la segregación racial con la que tanto pelearon, usando nombres bonitos como "safe spaces" (espacios seguros) y usando estándares diferentes para minorías y para blancos. O pelear por controlar la libertad de expresión por la que tanto peleaban antes, en nombre de los sentimientos. O censurar cualquiera que piense diferente como racista, xenófobo o islamófobo por no pensar exactamente como ellos creen que deben pensar. -- Puedo darles cientos de ejemplos.

Una de las más grandes y dañinas invenciones de la izquierda más retrógrada es el multiculturalismo, debido a sus contradicciones fundamentales.

El multiculturalismo es antinacionalista, pero solo para los países occidentales. Los inmigrantes son motivados a celebrar su país y bandera al país donde se han movido, y son promovidos a preservar su lengua y crear escuelas con su cultura, y no con la cultura del país que los ha acogido.

Conocí de un misionero por YouTube que le sorprendió algo: a los americanos y occidentales en general se les invita a ser muy respetuosos con africanos, hindúes, etc. cuando visitan sus países. Claro, esto es sentido común. Curiosamente, no es al revés: no se les enseña a ellos a respetar valores occidentales cuando vienen a nuestros países de visita. Curioso, ¿verdad? A mi me parece curiosa esa doble moral. Es fácil asumir para el multiculturalista que Occidente es muy maduro como para ofenderse por esas estupideces, pero ¿No es eso un trato paternalista? ¿No es eso tratar la cultura no-occidental como inferior e incapaz de respetar? A mi me ofendería más siendo indígena sabiendo que me tratan como si fuera un animal que puedo moder.

El multiculturalista rico es especialmente obvio en su hipocresía cuando promueve la inmigración sin control y fronteras abiertas, pero vive en una mansión rodeada de muros y guardias armados. O cuando estas celebridades promueven la integración cultural, pero viven en barrios ricos controlados y mayoritariamente ricos. ¿De verdad la gente es tan ciega como para no ver lo evidente de su asquerosa hipocresía? ¿De verdad la gente cita estas celebridades hipócritas para sus campañas de tolerancia?

Claro que hay inmigrantes buenos, de hecho, la gran mayoría lo son. Claro que debemos ayudar a los refugiados en tiempos de guerra y desgracia. Claro que debemos ser solidarios. Sin embargo, cuando los multiculturalistas promueven su ideología, no promueven lo mejor para buenos inmigrantes, sino que quieren abrir la frontera a inmigrantes que sí pudieron pagar cientos de miles a traficantes criminales. Y cuando vemos estadísticas sobre refugiados sirios, no hablamos de niños, mujeres o ancianos, sino hombres jóvenes o de mediana edad capaces de trabajar, defender su país y sustentar a sus familias perfectamente. ¿Dónde diablos dejaron a sus familias? ¿De verdad son esos los más necesitados? ¿No sería más lógico asumir que los más necesitados están atrapados en su país, y por tanto es más lógico, barato y ético ayudarlos en sus países?

El multiculturalista no escucha estos argumentos. Para él eres un racista, xenófobo; ya lo verán en los comentarios de este post. Prefieren sentirse bien con ellos mismos viendo como se ayuda un número insignificante de refugiados de la manera más cara e ineficiente posible, mientras se mueren los demás en sus países, solo porque les preocupa más sentir que hacen algo que hacer lo correcto y verdaderamente efectivo.