Sobre la libertad

Dice Tania Sánchez en un interesante artículo

Toda campaña electoral es una disputa entre actores por apropiarse de los símbolos y mensajes que las mayorías sociales identifican con sus anhelos de proyectos futuros.

Es indudable que esta campaña la palabra en disputa ha sido cambio

Otro subtema interesante es el de la libertad.

Hay que ser valientes y sacar el tema, porque no podemos permitir que la derecha obtenga el monopolio de ese significado y lo pervierta confundiéndolo con liberalismo económico.

Libertad es cuando decimos que podemos hablar de lo que queramos, que podemos manifestarnos, que podemos decidir cuándo tener o no tener hijos y con quién pasar nuestra vida. Libertad es cuando podemos confiar en la red de apoyo mutuo que llamamos estado para cuidarnos cuando somos mayores o cuando estamos enfermos. Libertad es darnos a todos las mismas oportunidades sin dejar a nadie atrás. Libertad es cuando enseñamos libertad a la siguiente generación y cuando dejamos que cualquiera conforme su propia idea de la libertad.

Dicen que libertad es bajar lo impuestos. Pero no cuentan que los impuestos que siempre bajan son los más progresivos, y los que siempre suben son los que pagan las clases trabajadoras. No nos cuentan que para alguien enfermo, el copago en las medicinas es un impuesto. Que para un estudiante las tasas universitarias son un impuesto. Que para un trabajador sometido a movilidad geográfica el billete del autobús es un impuesto. Hay que bajar los impuestos, si, pero si queremos reequilibrar los bochornosos índices de desigualdad que denuncia el último informe de la OCDE, los impuestos que hay que bajar son los que afectan a la clase trabajadora, no los impuestos a los ricos.

Repite Esperanza Aguirre por los platós que la izquierda no tiene el monopolio de la compasión. Ni lo ha pretendido nunca, ese es un concepto cristiano, la izquierda tiene otra visión.

Quizá la confusión venga del hecho de que lo más próximo al concepto de solidaridad, apoyo mutuo y respeto por la condición humana que puede llegar a tener un ser tan infecto como ella es la reducción contenida en la doctrina cristiana. Pedir a alguien así que admita que cualquiera tiene derecho a una vida digna, no sólo a competir con los demás por ganársela, si no a que le venga reconocida por el simple hecho de ser un semejante, un ser humano, por contener la misma dignidad que pretendemos para nosotros mismos. Pretender que alguien así entienda que todos somos iguales, no sólo que debemos tener las mismas oportunidades, si no que debemos respetar en los demás los mismos derechos y privilegios que pretendemos para nosotros mismos. Elevar el tono del debate del posibilismo retrógrado y casposo al idealismo progresista que desarrolla y abre caminos de libertad es tarea para gente valiente.

¿Te atreves a debatir de libertad?

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