El piquete

Pasaba frente al edificio donde estaba la sede de Presidencia del Gobierno, cuando vio un piquete de manifestantes.

No sabía si se trataba de funcionarios, colectivos ecologistas, gente del 15M o jubilados. En ese instante, sintió que eso daba igual: todos ellos, fueran quienes fuesen, se dedicasen a lo que se dedicaran, habían dejado de ser súbditos y se habían convertido, por el mero hecho de salir a la calle, en ciudadanos. Tal vez eso no les sirviera de mucho, pero la sumisión tampoco.

Consultó de nuevo su reloj. Tenía el tiempo justo, si quería llegar a la cita con el médico. Pero también podía pedir una nueva cita para el lunes. Sin pensárselo dos veces, cruzó la acera y se unió al piquete.

Morir despacio. Alexis Ravelo