Historia

-Es decir, puedo leer poesía y obras de teatro, y cosas por el estilo, y no me desagradan las narraciones de viajes. Pero la historia, la verdadera historia solemne, no puedo conseguir interesarme en ella ¿Puede usted?

-Sí, soy aficionado a la historia.

-Desearía también serlo. Pero la he leído un poco como un deber y no me dice nada que no sea triste o pesado. Las peleas entre los papas y los reyes, las guerras y las pestes en cada página. Todos los hombres son muy buenos para nada, y casi no hay mujeres en absoluto. Me resulta muy pesada, al tiempo que me extraña que sea tan aburrida, porque gran parte de la historia debe ser invención. Los discursos que se ponen en boca de los héroes, sus pensamientos y propósitos, el origen de todo esto tiene que ser invención, y la invención es lo que me deleita en otros libros.

Jane Austen, La abadía de Northanger (1817)