Facciones y otras informaciones

La academia de la ley:

Cuerpo de seguridad encargado de mantener el orden público. Formado casi por exclusivamente por las primogenitas de las familias nobles. Versadas en las leyes del eterno emperador están entrenadas para el combate urbano y la represión civil.

La legión sagrada:

Orden militar religioso. Fueron los que iniciaron la conquista de las tierras sagradas hace dos siglos y los encargados de defender las diferentes ciudades, por ello no rinden pleitesia a ningún rey concreto más allá de su devoción fanática al emperador.

El clero eterno:

Facción religiosa encargada de que se siga con la debida devoción al emperador en cualquiera de sus territorios. Se encargan de oficiar la mayoría de las ceremonias y actos importantes en la ciudad además de educar a los hijos de la nobleza.

La bendita caridad:   

Facción religiosa más ajena al estado que busca velar y alimentar las almas y bocas de los desprotegidos y desamparados. Además protegen y abastecen las rutas de peregrinación.

El gran sanatorio:

Casa cuyos miembros están a cargo de la salud física y mental de los ciudadanos. Cuidan a los heridos y encierran a los peligrosos.

Los clanes refugiados:

Agricultores y mineros de los alrededores de Exaloc. Suelen elegir un lider entre los diversos clanes para hablar con el rey pero desde que el enemigo arraso sus tierras la mayoria ha huido buscando refugio en la ciudad.

Los humildes (la jerifa)

Paganos, herejes, escoria ciega ante la gloria del emperador. Poblaban estas tierras cuando el imperio las conquisto y se han negado a convertirse. Su vil astucia y sus maliciosas artes les hace perdurar como artesanos en los barrios del sur.

El gremio de oro 

Burgueses acaudalados gracias al comercio marítimo. La posición clave en las rutas marítimas de Exaloc les ha hecho enriquecerse al punto de poder comprar privilegios. Desde que comenzó el sitio son los únicos que pueden abastecer la ciudad via mar.

La facultad del fuego

Estudiosos de las ciencias visibles y ocultas. Solo nobles y acaudalados son permitidos en sus bibliotecas centenarias. Centrados en el estudio de armas de fuego y pirotécnica se han ganado el apelativo "de fuego"

El último suspiro 

Los otros y es que siempre hay alguien más. En cada ciudad se les conoce por un nombre diferente.