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Vete a vivir al pueblo, pordiosero
¿No puedes pagar el alquiler en tu ciudad? Pues te jodes y te vas a vivir a un pueblo, muerto de hambre. Cada semana sale una noticia nueva de cómo mi ciudad, tu ciudad o la ciudad de otro se uberiza o se precariza o se sumerge en otro nuevo palabro que viene a decir que los parásitos de corbata cara se la están quedando. Por ejemplo, estos días nos cuenta Diego Casado en el medio hiperlocal SomosMadrid que, en la capital, solo 277 de los más de 24.000 pisos turísticos en activo tienen licencia para ejercer como tal. Un 1’1%, vaya.
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En las grandes ciudades, especialmente si tienen una tasa de desempleo y salarial mejor que sus alrededores, hay un desfase oferta/demanda muy alto. Habemos más gente que queremos vivir en Madrid o Barcelona que viviendas disponibles.
Si prohibimos los 24.000 pisos turísticos en una ciudad de 1 millón de pisos, nos quedamos como estamos. Si limitamos los precios, seguiremos habiendo más gente que vivienda y el problema será el mismo pero en vez de discriminar por poder adquisitivo, tendrá que hacerse por contactos, por antigüedad o por sorteo.
Es oferta y demanda, simple y no hay más. Hagamos que la gente quiera vivir en zonas donde hoy día no iríamos ni regalado, o dejemos de limitar la construcción en zonas de precios tensionados.
La oferta y la demanda son muy simples pero se pueden hacer muchas trampas con ellas.
Casi resulta comico preguntar ¿hacia donde se regula solo?
Quieren echarnos y no se dan cuenta que el día que lo consigan serán ellos quienes se tendrán que ir.