La Agencia Española de Seguridad Aérea habla de 120 casos de deslumbramientos con láser en 2010, 446 casos en 2011, 490 casos en 2012 y unos escandalosos 634 casos el pasado año, en lo que se estaba convirtiendo ya en una moda, que también afectaba a conductores de trenes y metro. Hasta el cambio normativo, los pillados in fraganti eran denunciados por una falta contra la Ley de Navegación Aérea, con un pronóstico díficil de prosperar en vía judicial. Ahora se enfrentarán a multas que irán desde los 30.001 € hasta los 600.000 €.
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