El alcohol está presente en cada esquina de nuestro contexto urbano. Tan omnipresente que es parte de nuestra cultura, es parte fundamental de nuestra socialización en casa, en el trabajo, con amigos, cuando somos jóvenes, adultos o mayores. Y no olvidemos que hay muchas ganancias detrás de esa presencia. El alcohol en las ciudades, su disponibilidad y su publicidad las hemos normalizado de tal manera que ya no las vemos.
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Creo que cuando Jesús convirtió el agua en vino el alcohol ya era parte de la sociedad...
Por no decir la cerveza en el antiguo Egipto.
Pretender convertirlo en algo extraño a la sociedad es lo que debería llamarnos la atención, desgraciadamente se está normalizando y prácticamente ya no lo vemos.
Ya un lunes por la mañana ves a gente cocida por la calle, durmiendo en la calle (no el vagabundo con sus mantas, un tío con la yonkilata y tirado por el suelo) en los supermercados, donde aqui hay chicles y maquinillas de afeitar en la caja, allí botellas de vodka y jager de 100 ml.
Y la cerveza más barata que la coca cola.
Y respecto a comer con vino... mis padres suelen hacerlo... pero mi padre pasa de los 80 y mi madre está apunto.
Yo, que soy de una generación más joven (nacido en los años 60) no se me ocurriría tomar vino en las comidas...
Camarera: - ¿Qué toma?
Él: - Nada, no bebo.
Todo el bar se lo mira extrañado.
Camarera: - y entonces... ¿qué hace?