El municipio de Amatrice presentó una "denuncia-querella" contra la revista satírica francesa Charlie Hebdo que días atrás publicó una ilustración ofensiva sobre esa pequeña localidad de Italia central devastada por el sismo del pasado 24 de agosto. Relacionada
www.meneame.net/story/cruel-vineta-charlie-hebdo-desperto-furia-italia
La viñeta es una mierda, inoportuna, de mal gusto y sin gracia (ni para humor negro vale), pero buscar condenas/sanciones por eso?
Y creo que han faltado mucho mas el respeto a las victimas y al resto de habitantes de esa ciudad todos aquellos que no siguierion, por las razones que fuesen, las últimas normas antisísmicas y que por su acción/unacción, aumentaron la gravedad del sismo.
Y yo soy tan despreciable que hasta me he reído. (Me gusta demasiado el humor negro)
Es normal que haya mucha gente que se sienta ofendida. Pero de ahí a la denuncia es pasarse. Es una revista de humor negro y casi cada viñeta que publican ofende a alguien en mayor o menor medida. Si cada vez que alguien se ofende pone una denuncia mal vamos.
El problema del chiste de Charlie Hebbdo es que refleja la realidad, la VERDAD: una Italia donde las vidas humanas solo importan cuando se han perdido. Es lo que tiene la pasta, que se repite mucho.
No ofende que los italianos mueran aplastados por edificios a prueba de seismos gracias a fondos europeos, sino que unos franceses constaten que se les tratan como carne picada en lasaña.
Los elementos inframentales de los que hablo mostraron su pertenencia al rebaño más burdo y manipulable compartiendo un eslogan que defiende la libertad de expresión sin siquiera pararse a reflexionar sobre ella ya que cuando el chiste no les gusta no la defienden. La libertad de expresión no funciona así, demuestran a todo el mundo que ni siquiera saben lo que es. Otra vertiente de la patochada es la contradicción pública en el discurso que, por supuesto, su escasa capacidad mental hace imposible de percibir.
Menudo ridículo espantoso, yo me avergonzaría de mi mismo, aunque para ello hay que darse cuenta y no montarse un discursillo incongruente para justificar la burda hipocresía.