El destrozo accidental del cruceiro en Madrid es anecdótico. La repercusión posterior de este suceso no lo es. La exagerada reacción de Vox, Ayuso y Feijóo es un perfecto ejemplo de vandalismo contra la convivencia, un ataque incívico más dañino para la sociedad que lo que un simple borracho puede provocar.
|
etiquetas: discurso , odio , cruceiro , madrid