El escenario político estadounidense ha estado evolucionando bajo un cambio cosmético, en aras por restablecer la decreciente legitimidad de la clase capitalista de orientación transnacional. Esta transformación se ha caracterizado por una ala derechista que pretende presentarse a sí misma, como una de tendencia de nacionalismo económico en un esfuerzo de expandir su apoyo dentro de la clase trabajadora (primordialmente entre trabajadores blancos), y cuya estabilidad económica ha mermado durante la era neoliberal.
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Ese empeño de la izquierda de llamar racismo a lo que no es más que proteccionismo y lucha obrera es lo que ha hecho que el FN haya pasado a segunda vuelta y la izquierda no.
Cuando en "Germinal" se paraban los trenes de trabajadores Belgas no era por racismo, era lucha obrera, así lo entendía la izquierda antes, y no se que ha cambiado ahora.
O la izquierda se desliga completamente del sistema actual, o acepta el proteccionismo para una clase obrera de calidad. Lo demás son cuentos.
Dar señales obvias de racismo y de fascismo aunque en tu discurso las disfraces de lucha obrera es muy arriesgado, es mejor no jugársela con eso aunque ahora mismo sea la única alternativa al capitalismo global.
Quizás cuando nos demos cuenta de que las élites económicas han robado todo y el poder a los ya sea tarde.
Tenemos un mundo de 7200 millones de personas y subiendo. Pocas cosas son tan abundantes como la mano de obra, y por las crueles reglas del capitalismo esa mano de obra tiene que avaratarse hasta el ridículo.
Puede hacer dos cosas, cerrar fronteras y así en los países con poca natalidad los trabajadores podrán presionar a los empresarios. O cambiar completamente el sistema, neocomunismo o lo que toque, pero cambiarlo.
Si mi discurso da señales de racismo, el discurso de la izquierda, cuando defiende la globalización y el libre tráfico de trabajadores sin que se haya producido un cambio radical de modelo, se iguala peligrosamente al de el neoliberalismo mas salvaje e inhumano.
Yo estoy de acuerdo con gran parte de su programa electoral, pero hay una parte que para mí es intolerable. La ideología del odio es tanto o más peligrosa como la de la explotación y la usura de los liberales.
Sería un grave error de la clase obrera pensar que el cambio de modelo económico debe venir de la mano de personajes como Trump o Le Pen, que con su odio podrían llevar a la humanidad a un camino que no le interesa.
Un saludo
Coincidimos en muchas cosas, pero francamente, si el odio es execrable, los neoliberales -que recordemos que odian a absolutamente toda la clase obrera- son los más execrables.