El sonido del tableteo de los paneles de la Bolsa de Madrid cada vez que se actualizaba el precio de las acciones cotizadas era muy característico del parqué. Aunque era más un recuerdo del pasado que una herramienta con uso real. Ningún operador bursátil miraba ya nunca a esos cartelones para saber a cuanto cotiza un determinado valor. Desde hace años, todo el sistema está totalmente digitalizado y las transacciones se hacen con ordenadores y teléfonos móvil.
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