Resulta conmovedor que la apuesta mediática de la extrema derecha para propagandista de cabecera haya salido más rana que los memes fachas de Pepe. El late show que aspiraba a tumbar a un gobierno ha degenerado de manera fulminante en un esperpento que sirve para mofa y escarnio de una pléyade patria que va del antifascismo al salseo más banal. Tiene que ser humillante sentirse Woodward y no llegar más que a protagonizar la versión facha de la parada de los monstruos.
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