En aquellos casos en que se prohíbe el uso, motivado por razones de convivencia ciudadana, niveles de ruido, etcétera, conviene consultar las posibles sanciones que puede llevar aparejado su incumplimiento, que pueden ir desde los 750€ en Alcalá de Henares (Madrid), o un máximo 600€ en Sevilla.
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Y aún así, se venderían de forma ilegal, por lo que por ejemplo, en caso de que un niño se reviente una mano (como el que se la ha reventado esta semana), meterle un multazo a sus padres, o quitarles la custodia, para que espabilen.
Tengo un sentimiento de orgullo y satisfacción por haber sobrevivido la infancia conservando todos los dedos de la mano. No todos pueden decir lo mismo.
Quizá prohibición no, pero sí limitación de la capacidad destructiva
Se supone.
El amigo en cuestión sigue sin la punta del dedo índice a día de hoy.
Me acuerdo que teníamos que comprar las dos cosas en farmacias diferentes, por que algunos farmacéuticos al parecer sabían algo de química y sospechaban.