Scott Alexander sobre la polarización política: Yo no quiero una guerra civil... Ahora mismo solo aspiro a que desaparezcamos de forma chula, víctimas de nuestro propio genio y de nuestro progreso intelectual, no de nuestras miserias y odios mutuos. Creo que es lo mejor a lo que podemos aspirar. Y creo que, como nación y como especie, lo podemos conseguir.
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«Utilizando una amplia muestra de redes sociales sobre cuestiones polarizadoras en los debates de política pública (control de armas, matrimonio entre personas del mismo sexo, cambio climático), se encontró que la presencia del lenguaje moral-emocional en los mensajes políticos aumenta sustancialmente su difusión dentro (y en menor grado entre) los límites del propio grupo ideológico».
www.pnas.org/content/early/2017/06/20/1618923114.abstract
Por otro lado, un reciente artículo en The Atlantic sobre los mecanismos que hacen que pueda gustarnos la inflamación extremista. Se trata de una consideración sobre los beneficios de la diversidad de distintos puntos de vista.
How People Like You Fuel Extremism
Discussing politics in groups of similarly minded people can be enough to stoke polarization—a frightening prospect in an era of social media.
www.theatlantic.com/politics/archive/2017/06/together-people-like-you-