El sacerdote tuvo que pedir ayuda a sus familiares y amigos porque se sentía desatendido por la orden religiosa a la que pertenecía. No recibieron ni mascarillas", aseguró la amiga del sacerdote, tan solo una caja de guantes enviada por el Gobierno liberiano. “Todo el tiempo se han estado escuchando informaciones diciendo que se les ha ayudado. Eso es mentira, apenas recibían material”, apostilló.
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