En el 31 aniversario del accidente en la central nuclear de Vandellós I, las consecuencias de la que sigue pagando la ciudadanía -y que pudo convertirse en toda una catástrofe-, Greenpeace ha conocido a través de la asesoría jurídica de la asociación sociedad Humana, que en la tercera declaración pericial en el proceso contra la central atómica vecina, Vandellós II, realizada por el ex director de seguridad nuclear del Consejo de seguridad nuclear (CSN), se deduce que Vandellós II continuó en funcionamiento con la cabeza bajo dos fugas en la ba
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Claro, a corto plazo hasta el plutonio de Palomares es inócuo; el problema se presenta a largo plazo y entonces serán otros los que se traguen el problemón.
Que no es poco. Pero el titular es erróneo.
Habrá que saber quién es ese perito. Y como un exidirector del CSN parts implicada le dejan actuar realizar pruebas periciales.
Lo cuento porque mi padre ya falleció, por desgracia, no se muchos detalles pero era un accidente que se pudo prever de haber hecho caso a los controladores de la central.
¡Un momento! Casi me la cuelas pirata.
es.wikipedia.org/wiki/Escape_radiactivo_de_la_Junta_de_Energía_Nuclea
Es (era) el único reactor de tipo CGR (Grafito-Uranio Natural) refrigerado con gas que operaba en España, fruto de un acuerdo entre la Francia de De Galle y la España de Franco. No destacaba por generar mucha electricidad en comparación con Vandellós II u otras centrales próximas (la I apenas se quedaba por debajo de los 500 MW, mientras que las demás superaban con creces los 1000 MW).
El verdadero fin de este reactor era generar entre sus residuos el suficiente plutonio de calidad militar que habría permitido a España construir hasta 5 cabezas nucleares al año.
Este reactor y su doble uso civil/militar levantó las alarmas de los EE.UU y la OIEA (Organismo Internacional de la Energía Atómica) que calcularon que una vez puesto en marcha y a pleno rendimiento, España estaría en disposición de tener armamento nuclear propio antes de 5 años, y de manera totalmente independiente (minas propias de uranio natural, centrifugadoras para enriquecer y obtener el isótopo U235 y, finalmente, Vandellós I entre cuyos residuos de funcionamiento se hallaría el ansiado plutonio necesario para las bombas termonucleares. Curiosamente, en toda esta ecuación, el accidente de Palomares le vino de perlas al régimen pues gracias al mismo obtuvo valiosísima información sobre los sistemas de detonación necesarios.
El resto de la historia la conocéis. Muerte del máximo valedor de la carrera atómica de España unas horas después de que le regalaran una piedra traída de la Luna, muerte de su jefe, y España (Suarez transición) firma por fin el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares, permitiendo a los inspectores de la OIEA inspeccionar Vandellós I y entregando a los EE.UU el plutonio que había almacenado hasta la fecha, cesándose las tareas de separación del plutonio de los residuos generados por la central, que desde entonces se dedicó hasta su clausura a generar electricidad.
Lo dicho, fue a raíz del accidente que provocó el cierre de dicha central cuando toda la verdadera historia detrás de esta central empezó a surgir al gran público.