El IPC se ha disparado en enero. Lo ha hecho hasta el 3%, que es la tasa anual más alta desde 2012. Sin embargo, la inflación no es fruto del estado y la evolución de la economía, sino que obedece a factores coyunturales. La evidencia más clara de ello es que la diferencia entre el IPC total y el subyacente, que elimina en el cálculo los alimentos no elaborados y la energía por ser las variables más volátiles
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