La investigación comenzó cuando los agentes especializados en la localización de fugitivos tuvieron conocimiento de la presencia en la costa levantina de un buscado por las autoridades británicas. El fugado tenía en vigor una Orden Europea de Detención y Entrega ya que, presuntamente, había abusado sexualmente de forma continuada de sus dos hijastras, dos menores de 13 y 14 años de edad. Según las autoridades del Reino Unido, el fugado accedía al dormitorio de forma regular para realizar tocamientos de carácter sexual a las niñas.
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