Ella es policía nacional en Gijón y campeona de tiro olímpico, pero aún así Sonia Franquet ha vivido el calvario del acoso. El apoyo de sus compañeros fue fundamental para decidirse a plantar cara a su acosador. Él, también tirador, ha sido condenado y el juez le ha retirado las armas. Una condena firme y contra la que no cabe recurso, porque «ha reconocido ante la jueza que me acosaba, me vigilaba y me seguía a todas partes». Reconoció que era verdad todo lo que ella denunció el 2 de mayo de 2018. Así que aceptó ser condenado por acoso.
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