Cuenta J. H. Elliott en su memorable conde duque de Olivares que en 1625 -poco antes del derrumbe definitivo del imperio-, España había recuperado su orgullo como nación gracias a los buenos oficios y a la sagacidad del valido de Felipe IV. Las victorias en Breda y en Cádiz, contra los ingleses, y en Génova y en San Juan de Puerto Rico habían asentado al joven monarca. Y lo que antes se veía como un futuro necesariamente incierto...
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Y estamos jodidos mientras algunos lo sigan viendo así.
Salu2
- No se fue de su casa hasta cumplir los 30 años
- Su vida giraba siempre en torno a la Iglesia y hasta llegó a fundar una, la verdadera.
- Fue condenado por la Justicia, mientras que el verdadero ladrón quedó libre.
- Antes de matarlo, le robaron la ropa y lo dejaron en calzoncillos.
- El gobierno, representado por Pilatos, se lavó las manos y dejó que prosperara la injusticia.
- Se enfadó un día y la emprendió a golpes con los mercaderes del templo.
- Salió de su tumba y los guardias no vieron nada.
- Vivía rodeado de pobres y los pobres cada día eran más.
- Que se sepa, no pagaba impuestos.
- Era bueno con las prostitutas.
- En la última cena con sus amigos, parece que no pagó la cuenta.
- Hizo aparecer vino en una reunión donde sólo había agua.
- Se rebelaba contra todas las leyes, las religiosas y las del Estado.
- Nunca tenía un euro en el bolsillo.
- Se perdió durante 30 años, y solo volvió cuando estaba a punto de morir.
- Le gustaba impresionar a sus seguidores con milagros.
- No se le conoce trabajo alguno y siempre vivió de los amigos.
- Exhibía con orgullo la nobleza de su estirpe y se declaraba, nada menos que "hijo de Dios".
- A veces utilizaba el idioma de manera incomprensible: “un poco más y no me veréis, un poco más y me volveréis a ver”
- Lo "traicionó" uno de sus mejores amigos.
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