Si Vox, antifeminista y antimigración, se hace con el poder, envalentonará a la extrema derecha en Alemania, Finlandia y más allá. La retórica se intensificó cuando Santiago Abascal, líder de Vox, afirmó falsamente durante un incendiario debate electoral televisivo que casi el 70% de las violaciones en grupo eran cometidas por extranjeros. Estas tácticas no son nuevas: durante el referéndum sobre el Brexit de 2016, el explosivo cartel de Nigel Farage "punto de ruptura" mostraba una horda de inmigrantes dirigiéndose hacia Gran Bretaña.
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