Pero la fruta de la marula tiene otra propiedad peculiar: cuando está madura y cae al suelo, fermenta ligeramente. Esto les da un sabor que encanta a los elefantes, que las engullen en grandes cantidades. Pero estos animales no están acostumbrados al alcohol, con lo que los efectos acaban siendo muy perjudiciales, como se puede comprobar en las imágenes, donde se ve a los paquidermos tambaleándose, tropezándose, y en conductas más propias del ser humano.
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