Dos grandes edificios grises presiden desde hace cinco décadas la plaza de Santa María Soledad Torres Acosta, uno de los espacios traseros de Gran Vía, junto a la plaza de Callao. Fueron levantados cuando todavía vivía Franco, como contrapartida a la construcción del aparcamiento de Luna y Tudescos, el tercero más grande del centro de Madrid. Son propiedad del Ayuntamiento, aunque están gestionados por la empresa que construyó y administra el parking, Aparcamientos de Madrid SA.
|
etiquetas: luna y tudescos , parkings , madrid , 300 euros , concesión franquista
Por otro lado a la practica , suele salir mucho mas caro, ya que el credito con la inflación queda reducido a nada, y suele haber clausulas para compensar a la compañia si pierde dinero. Eso si la concesión no ha sido amañada, que es lo que pasa muchas veces.
Bastante tendencioso el titular y la noticia, que básicamente el contenido informativo es que la concesión caduca y que habrá que estar atento a ver qué hacen con esos inmubles.
La idea de poner la Oficina de Atención al CIudadano es buena.
Por otra parte señalar que le concejal de Más MAdrid que mencionan en la noticia fue concejal de Hacienda con Carmena, es decir, que si se hubiera podido (o interesado) él habría sido capaz de revertir o rescatar la concesión.
win-win
Bah, no creo
Se han cargado la belleza de una plaza histórica como esta, construyendo unos armatostes tan vulgares y grises que rompe del todo con la armonía de edificios centenarios que tenía esta plaza del casco histórico.
Menuda patraña arquitectónica supuso su construcción y la de tantos otros nuevos edificios en el centro de las ciudades en esa época.
Luego, puedes añadir cláusulas y tener control. Por ejemplo, el Ayuntamiento no construye VPO, pero sí controla el precio del metro cuadrado.
No se entiende que no haya leyes en todas las ciudades que preserven su arquitectura tradicional de los cascos históricos para las nuevas edificaciones.
La administracioón quiere hacer algo, pero el dinero no le llegaLa administración quiere trincar algo, pero se nota mucho. De modo que encarga una obra y la blinda con un contrato gravoso para las arcas públicas a cambio de prebendas.
Podemos llamarle directamente incompetencia cuando no latrocinio de lo público.
Probablemente la oposición esté sacando esto a relucir para que se produzca un debate público antes de que se decida entregar la gestión a otra empresa por otro periodo prolongado de tiempo, y me parece bien. Es un debate muy sano.