Tras una rueda de prensa breve en plena calle, todos caminamos hacia un puesto de control israelí (el del suburbio de Qalandia). Nos mantuvimos a distancia. Todos los asistentes íbamos con chalecos de identificación de periodista en los que figuraba el logo de la FIP (IFJ, según sus siglas en inglés) y la frase (en inglés) “freedom of movement“. En un momento determinado, cuando estábamos a unos cien metros de las torres del control del ejército israelí, empezaron a caer sobre nosotros granadas lacrimógenas. Antes, no hubo aviso alguno.
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