Por fin hoy toda la izquierda cierra filas con Irene Montero frente a la violencia mediática y política que recibe. Pero no debe ser solo una cuestión de decencia y compañerismo, sino la convicción política de que enfrentar a los fascistas es estar con Irene y con el feminismo.
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A Vox hay que plantarle cara con serenidad y una estrategia ganadora. Si ante una crítica prácticamente idéntica a la que PI le hizo a Botella, respondemos sobreactuando y gritando "fascistas" en mitad del Congreso, no estamos luchando contra el fascismo, sino dándole alas. Hay que ser inteligentes.
Aparte de todo esto, no queda bien que movamos más hilos ante unas cuántas críticas a una ministra que ante veintipico asesinatos en la frontera. Hay que ser coherentes y proporcionales, y no seguir a ciegas lo que a dos personajes con mucho ego les interese en cada momento.
Y lo del odio hacia esta mujer, se trasluce en los comentarios.