Actualidad y sociedad
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La gran putada

No se me ofendan por el título. Esta columna va de prostitución. Tengo que aclarar una cosa: no puedo presumir de amplia experiencia en el campo. El contacto más cercano que he tenido con las profesionales del ramo ha sido llevarle las bolsas de la compra a Pilar La Cabiria, que llevaba décadas jubilada. Es un decir, porque las prostitutas no cobran jubilación. Lo de la compra también es un decir: era la ración que le daban en Cruz Roja –paquetes de arroz, pasta y atún– y que ella acarreaba renqueando hacia su vivienda: un semisótano.

| etiquetas: prostitución , regulación , abolición , sexo

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