Debido al gran número de primates que habitan en la urbe, las autoridades de vida silvestre han comenzado una campaña de esterilización para controlar su población.
Estuve en Lopburi en 2010 y ya entonces aquello ya me pareció una auténtica invasión. Los dueños de las tiendas iban equipados con palos largos para golpear a los monos que se encaramaban por las rejas de los edificios y si ibas con comida se te subían encima y te la arrancaban de las manos.