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Pilar Llop responde a Podemos que ella no era aún ministra de justicia cuando se aprobó el proyecto de la ‘ley del solo sí es sí’

La ministra de Justicia, Pilar Llop, se ha pronunciado por vez primera sobre la polémica en torno a la aplicación de la norma, que ha modificado “penas mínimas y máximas” al cambiar el abordaje de los delitos sexuales. Igualdad sostiene que esa reforma penal, como siempre ocurre, recibió el visto bueno del Ministerio de Justicia, pero, preguntada al respecto, Llop ha recordado que cuando se aprobó el proyecto ella no era aún ministra.

| etiquetas: ministra de justicia , pilar llop , podemos , ley , igualdad , sí es sí
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  1. Era mi primerito día. youtu.be/_MP8Aqsh_k0
  2. Entonces cuando ella llegó cambio a todos los juristas, abogados del estado y empezó a funcionar como corresponde a un ministerio de justicia.
    La salida por la tangente no deja bien situado a su antecesor.
  3. #3 Y el anterior dirá que él no sabía nada, que sería algo de la "herencia recibida" que estaba traspapelada, aquí con tal de reconocer errores, da igual todo...

    Ahora eso sí, para cobrar el sueldo nescafé, todos son los responsables desde el minuto 1

    xD
  4. Pío, Pío, que yo no he sido....xD
  5. #3 Eso es de primero de altos cargos:

    Sacado de un artículo escrito por FEDERICO MAYOR ZARAGOZA en 1982:

    "¿Conoce la historia de los tres sobres? Es un viejo cuento ruso que se aplica a todas las transmisiones de responsabiliad. Nada más real que la experiencia popular", añadió, con el fin de que siguiera atentamente su relato (relato largo, bellamente adjetivado, acompañado de profusa mímica, aleccionador... como suelen ser los cuentos y los brindis rusos).

    "En el momento del relevo, el que se va entrega discretamente al que llega tres sobres, numerados 1, 2 y 3, y le dice que los guarde en el cajón central de su despacho y que cuando esté muy apurado los abra en el mismo orden. Pasados los primeros días, a veces las primeras semanas, se desvanecen las favorables perspectivas iniciales; todo está muy difícil, los problemas son muchos y muy acuciantes..., y, en la soledad de su oficina, el nuevo en el cargo decide abrir el primer sobre que le dejara su antecesor. La carta que contiene dice escuetamente: "Hable mal de mí. La culpa la tengo yo". Incluso a pesar suyo, la aplicación de esta fórmula se revela positiva y, en efecto, transcurren varios meses en los que la referencia a los errores anteriores, al "lamentable estado en que me han dejado todo esto" o "la falta total de visión de mi predecesor", etc., permite ir trampeando la situación.

    Pero, claro está, llega un momento en que la toma de posesión queda ya demasiado lejos para escudarse en ella. Y las cosas no van muy bien, para qué negarlo, porque es difícil, muy difícil, que las cosas, cada vez más complicadas -decía Skryabin como frecuente tonadilla de su historia- puedan mejorarse de forma patente y se llega otra vez a una situación en la que solo y acosado abre el cajón central de la mesa y extrae el segundo sobre. Su contenido reza así: "Con las presentes estructuras nada puede hacerse. Cámbielas". La reforma estructural proporciona a nuestro hombre grandes satisfacciones personales y origina brillantes expectativas. Durante algún tiempo, las modificaciones introducidas -algunas de ellas tan irrelevantes, hay que reconocerlo, como pasar los negociados de la planta segunda a la sexta y los archivos de la sexta a la segunda- confieren buena imagen y se reciben plácemes de los superiores.

    Pero, aunque sólo sea por la propia erosión que produce el ejercicio de cualquier cargo, cuando no por la más frecuente razón de ineficiencia o incompetencia en su desempeño -y aquí mi colega soviético adoptaba una expresión sombría y fatalista- se llega a un punto, más o menos tarde, en el que tampoco las estructuras son ya remedio para los graves problemas que por doquier rodean al protagonista de este relato.

    Las circunstancias son tales que, aun sabiendo que se trata de su último recurso, abre nerviosamente el tercer sobre: "Vaya escribiendo a prisa otros tres sobres para su sucesor. Su cese es inminente".


    elpais.com/diario/1982/11/13/opinion/405990013_850215.html
  6. #4 Me da que el Supremo dará la razón a Irene Montero aunque puntualice algún detalle.
    Y que el PSOE tiene más miedo a la izquierda que a la ultraderecha conocida y la camuflada.
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menéame