Los ajustes de cuentas y el crimen organizado se invitaron a las elecciones presidenciales de Montenegro, que dan pie a la oposición para atacar al prooccidental Milo Djukanovic, favorito en las encuestas para la primera vuelta del domingo. El hampa se invitó a la campaña electoral con coches bomba y asesinatos en las calles. Unas 20 personas murieron en los últimos dos años, de las cuales cuatro son víctimas que no tenían ningún vínculo con el crimen organizado.
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