El cuerpo de una presunta víctima de covd-19 yace en un hospital indonesio. Después de la muerte del paciente, envolvieron el cuerpo inerte en plástico y aplicaron desinfectante para evitar la propagación del virus. Allí quedó, expuesto como una momia, sin que nadie pudiera llorar a su lado, hasta que llegó el momento de su entierro. La impresionante imagen fue tomada por el fotoperiodista Joshua Irwandi, ilustra la tapa de agosto de la National Geographic Magazine y ofrece una vista absolutamente desoladora sobre el efecto de la pandemia.
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