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Págame o hazme la mudanza a cambio de empadronarte, la última frontera de los abusos con los inquilinos

Antonio C. volvió a España en marzo de 2022. Aterrizó desde Perú con algo de dinero y alquiló una habitación en A Coruña por la que pagaba 200 euros. La casera no quiso hacerle un contrato y cuando fue a empadronarse para decir a la administración española que había regresado –ya había vivido doce años en Galicia hasta marchar a su país en 2015– no pudo hacerlo sin su permiso.

| etiquetas: vivienda , alquiler , inquilinos , empadronamiento , mudanza

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