Los agentes levantaron el jueves varias actas por desobediencia a las personas que se encontraban en esta vivienda de Zaragoza. Una vez allí, los agentes comprobaron que los inquilinos, que regentan un bar en Conde de Aranda, habían decidido aprovechar la clausura temporal y obligatoria del negocio para acoger a la clientela en su propio domicilio.
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