Movilizamos un ejército, fletamos un avión enorme y volandero, y acondicionamos un hospital público en proceso de desmantelamiento para tratar a un curita enfermo de ébola y perteneciente a una orden religiosa millonaria y especuladora (su Sicav, Finanzas Quercus, contaba en 2011 con 12 millones de euros en productos deuda del Tesoro español y 1,16 millones en renta fija del Banco Santander). Mientras, la sanidad valenciana niega a un enfermo de cáncer un medicamento que le evitaría la quimioterapia...