Una crítica común en contra de las cuotas de género es que son anatema para los principios meritocráticos. Esta investigación en Suecia muestra lo contrario: Las cuotas aumentan la competencia de los políticos por los que llevan al desplazamiento de los hombres mediocres. Los líderes mediocres son expulsados o bien renuncian a raíz de la mayor paridad de género. Debido a que los nuevos líderes son más competentes, se sienten menos amenazados. Los resultados también pueden ser relevantes para juzgar las cuotas de género en los negocios.

Datos sobre género y educación en España. Años de escolarización, tasas de graduación de hombres y mujeres y la brecha en las carreras técnicas.

16 asociaciones de mujeres, lo que representa un total de más de 12,5 millones de mujeres, han realizado un llamamiento conjunto en su lucha por la igualdad para que la cuota de las mujeres de negocios se amplíe a un 30% que hasta ahora se aplicaba sólo a 108 empresas que figuran en Alemania. En ese 30% deben estar incluidos también los directores de las empresas y los niveles intermedios de gestión. Así cómo en los medios de comunicación, la cultura, la medicina y la ciencia. También la igualdad de retribución para hombres y mujeres.

España pasó de encontrarse en la décima posición del índice mundial de brecha de género elaborado por el Foro de Davos a la vigésimo novena el año pasado y a ocupar la posición 129 de las 149 economías analizadas en igualdad salarial. Calviño ha argumentado que apostar por la igualdad no es solo un "asunto de principios", sino económico ya que una economía paritaria permitiría aumentar el PIB de España un 15%.

Barcelona, 24 feb (EFE).- Más de 70 docentes de primaria y secundaria se reunirán los próximos días 28 y 29 de febrero en Barcelona para reflexionar sobre la incorporación de la perspectiva de género...

Vivimos en un sistema económico caracterizado por las enormes desigualdades entre los extremos más alto y bajo; según datos de Banco Mundial, unas 89 personas acumulan el mismo poder de renta que casi 3600 millones, lo cual no solo da cuenta de la magnitud de la desigualdad, sino que, además, ésta no deja de crecer.

En la mega reunión anual de economistas estadounidenses de enero una nueva investigación reveló un sesgo sistémico en economía y presagió un movimiento de los líderes en este campo para prometer abordar algunos de esos problemas. El documento presentado por la Asociación Económica Estadounidense mostró un patrón de discriminación de género, comenzando con las barreras que enfrentan las mujeres al elegir estudiar economía y evolucionar a lo largo de sus carreras, incluyendo oportunidades de trabajo, escribir trabajos de investigación, etc.

Portugal es uno de los diez países que han obtenido la mejor puntuación de los 190 países analizados el año pasado en el índice "Mujer, Economía y Derecho". Así se desprende de un informe sobre Inclusión Económica publicado por el Banco Mundial (BM) este martes, 23 de febrero). "Diez economías -Bélgica, Canadá, Dinamarca, Francia, Islandia, Irlanda, Letonia, Luxemburgo, Portugal y Suecia- obtienen el 100 [pontuação máxima] En el índice "Mujeres, Economía y Derecho" se puede leer el documento

El Instituto Europeo de Igualdad de Género ha publicado este año el estudio Beneficios Económicos de la Igualdad de Género en la Unión Europea. Según este estudio, se calcula que en España el valor del trabajo de cuidados no remunerados representa el 25% del PIB. Si se aplicaran políticas de igualdad, la economía europea generaría 10,5 millones de empleos más hasta 2050 y el PIB per cápita aumentaría cerca del 10%.

Más de la mitad de las economistas de Estados Unidos consideran que su trabajo no ha sido tomado tan en serio como el de sus colegas hombres y que han recibido en algún momento faltas de respeto por parte de sus compañeros varones, según una encuesta publicada hoy por la Asociación Económica. El sondeo también revela que un amplio número de mujeres economistas ha reconocido haber afrontado discriminación de género y, en algunos casos, acoso sexual. "El número de gente que ha experimentado un episodio de acoso o discriminación es inaceptable".

A pesar que las desigualdades entre hombres y mujeres, Islandia se mantiene como el país con más igualdad de género, la brecha salarial está en proceso de reducción ubicándose entre un 14 y 18% e inclusive se le da un permiso parental en forma equitativa tanto para padres como madres. La lucha por la equidad de género es algo con que nació este país nórdico. Ya en el año 1000 se reconocían dioses y diosas en la religión, aunque con la llegada de cristianismo esto cesó. En 1974 se nombró la primera sacerdotisa y en 2012 la primera obispa.

Suecia tiene una reputación en igualdad de género, pero cuando se trata de la representación femenina en los negocios el progreso no es tan rápido. Más del 80% de las madres trabajan y Suecia lidera el mundo industrializado en términos de sector público en cuanto a igualdad de género. Pero en 2016, más del 80% de los directivos en las empresas suecas eran hombres y no hubo ni un solo nuevo negocio en el mercado de valores con un jefe mujer. La principal razón de este desequilibrio es que los estereotipos tradicionales de género prevalecen.

En ningún país del mundo las mujeres son iguales a los hombres. Ni uno. De hecho, en Norteamérica, se necesitarán 158 años para alcanzar la igualdad de género si nuestro ritmo no cambia. La conversación de igualdad de género se desarrolla en todos los aspectos de la vida; Sin embargo, los aspectos tienden a converger en un punto: el lugar de trabajo. Las mujeres están dejando de trabajar en un número significativo y habrá una disminución en los próximos siete años. ¿Por qué se van? Un estudio reciente de la Universidad de Georgetown lo aclara.

Es el primer estudio de estas características a nivel nacional. La importancia de los estudios de los costes económicos de la violencia de género radica en que permiten cuantificar la cantidad de recursos económicos que se drenan del conjunto de agentes afectados por la violencia; no sólo de las víctimas, las personas de su entorno y los agresores, sino también de las empresas y el sector privado, los diferentes niveles de la administración pública, la sociedad civil, y las generaciones futuras.

La semana pasada la Casa Blanca dio a conocer su informe anual que da a conocer los salarios de sus empleados. Al hacerlo, también revela una brecha salarial de género entre los funcionarios que es más grande que la media nacional. A las mujeres que trabajan en la Casa Blanca se les paga 80 centavos por cada dólar que ganan sus colegas masculinos. En todo EE.UU, las mujeres ganan 82 centavos por cada dólar que ganan los hombres según el Departamento de Trabajo. La discrepancia se debe, en parte, a la escasez de mujeres en los puestos más altos.

Desde hace tiempo parece que existe un interés creciente en la economía feminista, o por lo menos el tema sale a la luz más frecuentemente que en el pasado en muchos círculos culturales y políticos. Sin embargo, muy a menudo queda poco claro de qué se trata, o se discute de forma parcial o poco rigurosa. ¿Se trata de una alternativa al sistema económico predominante?

La conexión entre la participación y la prosperidad económica de las mujeres es innegable. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU son un marco para mejorar la participación de las mujeres, incluida la igualdad en la propiedad, la herencia, la tecnología y el acceso a los servicios financieros. Sin embargo, a pesar de un reconocimiento cada vez mayor, los líderes económicos nacionales e internacionales siguen haciendo las políticas de una manera que desvalorizan el trabajo de la mujer y no capitalizan su participación económica.

Hace unos meses, asistí a una conferencia. En el programa, sólo una mujer. En una conferencia económica eso suele ser raro –por exceso–. La mujer en cuestión era una reputada economista, casada con otro reputado economista. Ambos presentaron artículos, escritos conjuntamente. La presentación de ella fue interesante, amena, dinámica y pedagógica, muy superior a la de él, aburrida y excesivamente técnica. Las interrupciones en la presentación de ella fueron constantes, condescendientes, hostiles. En las de él eran cómplices, mostraban interés.

Los hallazgos del informe: La economía de los EE.UU sería $ 1,6 billones más grande hoy en día si las mujeres estadounidenses ingresaran y permanecieran al mercado laboral al mismo ritmo que las mujeres de Noruega. Otra forma de concebir el aumento: se traduciría aproximadamente $ 5,000 más por cada estadounidense. Tras décadas de cifras fluctuantes, EE.UU en 2016 informó una tasa de participación laboral del 67,3% para mujeres de 15 a 64 años. En Noruega la participación laboral de mujeres en casi el 76%, una de las cinco mejores en la OCDE.

Un juez de apelaciones federal de California falló en abril que los empleadores pueden pagar legalmente menos a las mujeres que los hombres por el mismo trabajo cuando la discrepancia se basa en los salarios anteriores. La decisión revocó una sentencia de primera instancia de 2015 que decía que dichas diferencias salariales basadas exclusivamente en los salarios anteriores eran discriminatorias bajo la Ley de Igualdad Salarial Federal de 1963, que prohibía a los empleadores pagar menos a las mujeres que a los hombres por razón de género.

Las mujeres tienen actualmente dos tercios de los $ 1,3 billones en deuda de Préstamo a Estudiante de los EE.UU debido a las diferencias de retribución, por lo que les lleva mucho más tiempo pagar sus préstamos que los hombres. “Después de la graduación, las mujeres pagan sus préstamos más lentamente que los hombres, en parte debido a la brecha salarial de género”, según el informe. “Las mujeres que trabajan a tiempo completo con títulos universitarios ganan un 26% menos que sus homólogos masculinos."

Aproximadamente 3 de cada 4 mujeres sienten que este tipo de programas que no marcan una diferencia, según un nuevo informe de The Boston Consulting Group. Un total del 91% de las mujeres entrevistadas para el informe (un total de 17.500 empleados participan), dijo que sabían sobre las iniciativas de diversidad de género que se ofrecen en su compañía, sin embargo, sólo el 27% dijo que se han beneficiado de ellas.

El abrazo repentino de la ideología de los derechos de los hombres parece ser un tema común. Dos ex empleadas de Yahoo demandaron a la compañía por discriminación de género el año pasado. Se argumentó que el liderazgo femenino de Yahoo había "ido demasiado lejos en el intento de contratar y promover a las mujeres", en la empresa que según cifras de 2015 estaba compuesta por un 62% de hombres y con posiciones de liderazgo del 76% de hombres. Como dijo el abogado Jon Parsons al NYT, "No había control sobre las mujeres que contratan a mujeres".