Son cien millones menos que hace una década, lo que permite mantener, según la ONU, la esperanza de reducir a la mitad el número de personas hambrientas antes de finales de 2015. Pese a los a avances, varias regiones han quedado rezagadas: en África subsahariana, una de cada cuatro personas permanecen crónicamente subalimentadas, mientras que en Asia es donde viven la mayoría de los hambrientos, 526 millones de personas.