Las diferencias de España con los países europeas con mayor carga fiscal son enormes. Dinamarca encabeza la clasificación de dureza fiscal, ya que su Hacienda cruje a los ciudadanos con unos ingresos del 45,9% sobre el PIB, Francia es segunda, con el 45,3%. También Italia (42,9%), Bélgica (44,2%), Finlandia y Suecia (44,1%) superan de largo el 40%. Si España elevase los impuestos para alcanzar una recaudació semejante a la de estos países, el Estado contaría con cerca de 100.000 millones de euros más, cantidad suficiente para tapar el déficit.