El enorme fracaso en materia de seguridad y el antagonismo hacia los palestinos hacen que muchos israelíes piensen que Netanyahu tiene que responder por el atentado de Hamás. Las dos familias quieren rehacer sus vidas, pero regresar a Nahal Oz -que Poterman describió como un "gran jardín"- es ahora imposible, argumentaron. Muchos de los edificios y campos que rodeaban el pueblo fueron quemados y tanto Poterman como Cherry dijeron que habían perdido la fe en la capacidad del gobierno actual para protegerlos. Traduccion en
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Varios abrieron y fueron asesinados, mientras que otros fueron llevados como rehenes a Gaza, con varios niños encerrados en gallineros. Tras utilizar al adolescente como cebo, los militantes islamistas también lo mataron a tiros.
A sólo 800 metros de la frontera con Gaza, Nahal Oz fue uno de los primeros objetivos de Hamás el 7 de octubre, y los acontecimientos de esa mañana están ahora dolorosamente grabados en las mentes de los residentes Elad Poterman y Addi Cherry.
Ahora ambos en Bélgica, descargaron su frustración por lo que consideraban un abandono por parte del Gobierno de derechas del Primer Ministro Benjamin Netanyahu, cuya política hostil hacia los palestinos está acusada de socavar la seguridad de Israel.
"Él [Netanyahu] tiene que decir: 'Lo siento, os he fallado. Por mi culpa y mi orgullo casi os asesinan'", dijo Cherry, economista sanitaria belgo-israelí de 45 años.
Poterman y Cherry describieron cómo se encerraron en habitaciones seguras la mañana del ataque y se acurrucaron durante 12 horas, esperando a que las Fuerzas de Defensa de Israel acudieran en su rescate. Durante esas insoportables horas, los cohetes sobrevolaron la zona y Hamás asaltó las casas del kibutz al grito de "Allahu Akbar" [Dios es el más grande] y "Masacren a los judíos".
Poterman, que hasta la semana pasada trabajaba como profesor extraescolar, envió lo que creía que sería su último mensaje en Facebook desde la habitación segura: "Media hora, estamos encerrados con terroristas en casa, no viene nadie".
El hombre de 40 años dijo que envió el mensaje mientras permanecía de pie junto a la puerta de la habitación segura sosteniendo un hacha, mientras su esposa María sostenía a su hija de siete meses en una mano y un cuchillo en la otra. Ninguno de los dos esperaba sobrevivir, pero un pestillo instalado en el interior de la puerta por un inquilino anterior impidió que los terroristas irrumpieran.
En otra habitación segura, Cherry, su marido Oren y sus tres hijos atrincheraron la puerta como pudieron con un armario y una silla.
Las razones de un fallo de seguridad tan espectacular en una nación que se enorgullece de su aparato de inteligencia siguen sin estar claras y suponen una enorme vergüenza para el gobierno de Netanyahu.
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Es como el asesinato de Carrero Blanco, que realizó ETA en 1973, ¿de verdad no hubo otros que lo propiciaron y entonces ETA sólo fue un instrumento? Ni los miembros de aquella organización que colaboraron, muchos de ellos ya fallecidos, podrían dar una respuesta segura.