El Gobierno polaco ha desatado una tormenta política al ocupar en plena noche un centro de contraespionaje polaco-eslovaco, afiliado a la OTAN. Responsables del ministerio de Defensa y la gendarmería militar irrumpieron en la oficina y pusieron al frente a un nuevo director interino. La oposición ha puesto el grito en el cielo. “No se pueden tratar estos asuntos de esta manera. Se debe negociar a nivel internacional. Todo se puede resolver mediante la ley y no de noche, forzando la puerta.
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