La señal más clara de la bancarrota que sufre la política exterior de EEUU puede verse en las políticas de Afganistán. Tras más de quince años de guerra y un despliegue de cientos de miles de tropas, un nuevo presidente ha entrado en la Casa Blanca con la determinación de transformar esa política. Pero tras varios meses, y con gran fanfarria, presentó una continuación de la misma. ¿El resultado? Estados Unidos se encuentra completamente aprisionado en su eterna guerra de Afganistán.
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No hay forma en que intentes meter a los adultos actuales de ahí, que nacieron y crecieron en ambientes o violentos o con extremismo, a instituciones democráticas u occidentales creadas ex profeso, es algo muy obvio. Se tendría que lograr y mantener una paz con toda la fuerza posible y luego a los niños que nazcan y crezcan en ella, cuando sean adultos, ir dándoles el control de su propio estado.
El problema es que algo así implica además que Occidente se manche realmente las manos y que un invierta mi mucho dinero por mucho tiempo.
Y no, no es borrarles su sociedad (como hacía Inglaterra en sus colonias) pero sí medio forzarlos con nuestros derechos básicos (por ejemplo, imponerles sí o sí escuelas mixtas y educación completa a las niñas).
es.wikipedia.org/wiki/Proyecto_para_el_Nuevo_Siglo_Estadounidense
www.youtube.com/watch?v=5RkcD2so6ZI