Durante décadas, la violencia de las pandillas ha representado el mayor problema de seguridad para los salvadoreños. Hay evidencias creíbles de que, pese a una enorme campaña gubernamental para sostener lo contrario, la estrategia de seguridad adoptada por el gobierno del presidente Nayib Bukele ha sido en muchos aspectos más de lo mismo.
|
etiquetas: opinión , el salvador , maras , kukelele , el faro 
mobile.twitter.com/PNCSV/status/1523544165472096256/photo/2
Ya estamos con los "problemas estructurales". Esto es como tener cáncer de pulmón y decirte que nada de quimioterapia, que hay que dejar de fumar, a eso ya llegamos tarde.
No es bueno aplaudirle todo a un presidente, El Salvador actualmente parece un circo de focas.
Pertenecer a una mara te da una serie de cosas que no se pueden conseguir con facilidad, como dinero para pagarte un médico, comida caliente...
Obviamente el gobierno tiene que actuar en muchas líneas diferentes. Por una parte que sea más atractivo no unirse a las maras que unirse, pero por otra parte castigándolas. Evidentemente tiene que haber unas fuerzas de seguridad capaces de responder en tiempo y forma.
De hecho hay una cárcel entera solo para miembros de la mara Salvatrucha. Ellos controlan la cárcel, cocinan, lavan su ropa, básicamente viven allí. Es su casa.
Los problemas de pobreza son estrucutales y no se van a solucionar en una o en dos legislaturas. Pactar con las maras ayuda a reducir violencia y es algo positivo. Obviamente la viuolencia se va a acabar cuando las maras decidan dejar de hacer lo que hacen. El problema es que no lo van a decidir pornto. Más bien se han puesto en pausa. En el fondo una de estas bandas no deja de considerarse a si misma una nación. No es una organización de la que los miebros puedan salirse. Y no se van a quedar sin miebros pronto. Hay demasiadas. Basta con ser demasiado duros con una de ellas y detener a todos sus miembros en un lugar como para que todas las demás decidan que hayh que atacar alos agentes de ley, políticos y trabajadores del gobierno.