“Los datos que ahora hemos conocido, a partir de biopsias de los embriones editados antes de ser implantados, confirman que: (1) no consiguió reproducir esa mutación delta32 en esos embriones; (2) generó otras nuevas mutaciones en el gen CCR5, cuyas consecuencias clínicas son totalmente desconocidas; (3) no todas las células derivadas de esos embriones fueron editadas, algunas permanecieron intactas; y (4) se detectaron mutaciones no deseadas en otros partes del genoma, cuyas consecuencias también eran imprevisibles”.
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